Fuente: Cuídate Plus
La aspirina es el nombre comercial por el que se conoce un medicamento cuyo principio activo es el ácido acetilsalicílico. “Se encuentra dentro del grupo denominado antiinflamatorios no esteroideos (AINES), un grupo diverso de fármacos con función analgésica (reducen el dolor), antiinflamatoria (reducen la inflamación) y antipirética (reducen la fiebre), cada uno en mayor o menor grado de efectividad”, explican a CuídatePlus Eduardo Perales y Marta Faci, farmacéuticos del Centro de Información del Medicamento del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza (Cofz).
En la misma línea, el Centro de Información de Medicamentos del Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (Micof) indica que el ácido acetilsalicílico es un compuesto derivado del ácido salicílico, que se puede encontrar en la corteza del sauce blanco y otras plantas.
En cuanto a cuándo se debe tomar aspirina, ambas entidades recuerdan a este medio que, en la actualidad, el ácido acetilsalicílico está indicado para casos de dolor leve o moderado (dolor de cabeza, muscular, articular o después de diferentes intervenciones quirúrgicas) debido a su actividad antipirética y antiinflamatoria. Además, la aspirina está indicada para evitar la coagulación excesiva de la sangre por sus propiedades como antiagregante de manera que se utiliza en la prevención secundaria de infarto de miocardio, infarto cerebral o anginas de pecho en personas que ya han sufrido un primer episodio.
A pesar de sus distintos usos, el consumo de este medicamento se ha reducido en los últimos años, sobre todo, al ser sustituido por otros analgésicos. “Como antiinflamatorio ha disminuido su uso, sin embargo, como antiagregante es uno de los medicamentos más utilizados”, precisan desde el Cofz. Entonces, ¿por qué hemos dejado de tomar aspirina?
“Una de las principales razones de que haya disminuido su uso como antiinflamatorio es que los principales efectos adversos del ácido acetilsalicílico son las complicaciones gastrointestinales, hepáticas y renales que pueden causan en pacientes, sobre todo si se toma de forma continuada y si suelen consumir alcohol con frecuencia”, detallan Perales y Faci.
Al respecto, estos expertos subrayan que, en enfermedades más leves, como fiebre no muy alta o dolor de cabeza, existen fármacos alternativos como el paracetamol o el ibuprofeno que no tienen tantas complicaciones. Al respecto, los farmacéuticos valencianos coinciden en que el uso de la aspirina como analgésico se ha sustituido “por otros AINES más seguros para la población pediátrica (ibuprofeno) o el paracetamol y que presentan además menos efectos adversos (sobre todo a nivel intestinal)”.
Por otra parte, Perales y Faci comentan que la aspirina infantil y en todas sus variantes está contraindicada en niños menores de 16 años debido al riesgo de Síndrome de Reye, lo cual limita el número de posibles pacientes a este tratamiento. “El síndrome de Reye es una enfermedad infrecuente y mortal que causa inflamación e hinchazón en el cerebro junto a deterioro y pérdida de la función hepática. Puede estar ocasionado por una infección vírica asociada al uso de aspirina. Es la principal causa por la cual se dejó de comercializar la Aspirina infantil”, destacan desde el Cofz.
Asimismo, otra causa que limite el número de personas que pueden tomar aspirina es su indicación de antiagregante plaquetario, que hace que un determinado grupo de pacientes con problemas de coagulación tengan contraindicado este medicamento. “En resumen, los médicos tienen en cuenta todas estas características del principio activo a la hora de indicarlo para un paciente, lo que hace que suelan prescribir otras alternativas ante dolores o fiebre”, comentan los farmacéuticos zaragozanos.
Sobre los casos en los que no está recomendado tomar este medicamento, el primero de ello es cuando exista alergias a los salicilatos; tal y como apuntan el Centro de Información de Medicamentos del Micof. “Tampoco se debe tomar en pacientes que presenten episodios de broncoespasmos (asma, por ejemplo) o en aquellos que tengan úlcera péptica o con alguna alteración de la coagulación”, describen los farmacéuticos valencianos y prosiguen: “Tampoco se debe administrar a embarazadas (efectos en el feto) o durante la lactancia materna”. En niños menores de 16 años y que presentan cuadros de fiebre tampoco, ya que es posible que se desarrolle un síndrome conocido como de Reye y que presenta un elevado índice de mortalidad.
Por su parte, desde el Cofz advierten de que este principio activo (el ácido acetilsalicílico) está contraindicado principalmente en pacientes alérgicos a dicho medicamento, con molestias o úlceras gastrointestinales, con problemas de coagulación sanguínea, con insuficiencia cardiaca y/o renal grave y en mujeres en el tercer trimestre del embarazo. Además, ambas entidades cometan que está contraindicado en menores de 16 años con fiebre por el mencionado síndrome de Reye.
“Lo primero que hay que indicar es que existen especialidades farmacéuticas que contienen ácido acetilsalicílico en su composición y que no están sujetas a prescripción médica como pueden ser algunos antigripales. El riesgo no viene por tomarlo sin receta, sino por el uso que se puede dar sin el asesoramiento de los profesionales farmacéuticos: valorar si existe alguna contraindicación de las que hemos indicado anteriormente, o si interactúa con alguna medicación que el paciente está utilizando de forma crónica e informar de la posología correcta para evitar sobredosis accidentales del medicamento”, aseguran los farmacéuticos valencianos.
En cuanto a los riesgos de tomar aspirina sin una indicación previa, desde el Cofz señalan las molestias gastrointestinales o los problemas de coagulación que se pueden producir si no se consumen adecuadamente o sin la vigilancia de un médico. “Sobre las complicaciones gástricas, en ocasiones cuando un médico prescribe un tratamiento que puede causar molestias gastrointestinales (como ciertos AINES o cuando se toman muchos medicamentos), también suelen recetar un protector estomacal para evitarlas, algo que no se suelen pedir los pacientes por sí mismos, a no ser que la soliciten con regularidad”, aclaran Perales y Faci.
En este punto, estos expertos comentan que existe un efecto adverso menos conocido, la enfermedad respiratoria exacerbada por la Aspirina (EREA), que afecta a pacientes asmáticos o con pólipos nasales y que a veces puede aparecer al consumir aspirina u otros AINES. “Los síntomas causados son similares a una reacción alérgica (rinitis, tos y conjuntivitis) que derivan en dificultad respiratoria tras ingerirlos”, concluyen.