Dormir bien regenera el cuerpo, tanto a nivel físico como mental. Sin embargo, cada vez se dedican menos horas a dormir por malos hábitos a la hora de irse a la cama, como el hecho de leer dispositivos móviles o ver la televisión. Y estas costumbres pueden pasar factura a la salud, ya que el sueño insuficiente y desequilibrado durante la adolescencia puede aumentar el riesgo posterior de desarrollar esclerosis múltiple (EM), una enfermedad neurológica en la que los nuevos hitos terapéuticos comienzan a acorralar la patología.
Prevenir el desarrollo de esta enfermedad resulta prometedor y, tal y como sugiere el estudio de casos y controles publicado ayer en la revista “Journal of Neurology Neurosurgery & Psychiatry”, el sueño puede estar detrás de ello. Y es que, tener un buen hábito de sueño también puede convertirse en un escudo, ya que los investigadores sugieren que dormir suficientes horas de sueño reparador durante la juventud puede ayudar a prevenir la enfermedad.
En la esclerosis múltiple influyen factores genéticos y ambientales, como el tabaquismo, el peso en la adolescencia (IMC), la infección por el virus de Epstein-Barr, la exposición al sol y la vitamina D, así como trabajar por turnos, tal y como apuntan los investigadores. Y son características son muy diversas, de ahí que se catalogue como la enfermedad de las mil caras. De hecho, se estima que en España hay más de 55.000 personas con EM y cada año se producen unos 1.800 nuevos diagnósticos, pero puede manifestarse de forma muy variada y en diferentes grados de intensidad, desde pérdida de visión hasta entumecimiento o fatiga, pasando por alteraciones cognitivas o problemas de equilibrio.
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