Fuente: El Global
Los Colegios Oficiales de Farmacéuticos de Alicante, Castellón y Valencia han firmado un convenio de colaboración con la Conselleria de Sanidad para que las boticas de la Comunidad dispensen medicamentos hospitalarios a pacientes no ingresados. “Ha sido posible gracias al compromiso desinteresado de muchos agentes en favor del paciente, que demandaba esta prestación”, comenta a EG Rosa Arnau, presidenta del Consejo Valenciano de Colegios Farmacéuticos y del COF de Castellón. Para Jaime Giner, presidente del Micof, se trata de “un acuerdo clave de cara a desarrollar colaboraciones y servicios más allá de nuestra labor dispensadora”.
Este acuerdo —implantado, en mayor o menor medida, en otras CC.AA— confirma la voluntad de los farmacéuticos de la Comunidad Valenciana de ofrecer un servicio en favor del paciente externo. Un proyecto que afianza la colaboración entre Farmacia Hospitalaria y Comunitaria cuyo pilotaje comenzó en 2021, en el marco de la lucha contra la COVID-19, y que se materializó mediante un primer convenio el año pasado.
El Servicio de Farmacia Hospitalaria (SFH) es el responsable de este proceso dispensador y se encargará de seleccionar, priorizar y estratificar a los pacientes. Los COF de las tres provincias garantizarán la recogida de los medicamentos preparados en los SFH públicos, concesiones y consorcios de manera individualizada y confidencial, que incluye las funciones propias de comunicación, recepción del paciente y registro del acto. Al mismo tiempo se ha desarrollado una plataforma digital entre los Colegios de Valencia y Alicante para que tanto los pacientes como farmacéuticos puedan acceder al historial de entrega o ver el estado de los envíos.
Este proyecto pone de relieve la necesaria participación de la farmacia comunitaria con el resto del sector y con otros profesionales sanitarios. Una colaboración conjunta, entre Farmacia Hospitalaria, distribución y boticas, con plenas garantías durante todo el proceso del medicamento: custodia, transporte, seguimiento, trazabilidad, recepción y dispensación. “Lo fundamental es que la cadena del medicamento no se pierde, es una colaboración excepcional dentro del canal farmacéutico”, expresa Jaime Giner.
La importancia del acuerdo también queda patente en la retribución por la prestación del servicio, que contempla la estimación del tiempo del ejercicio profesional que se requiere para la realización de todo el proceso. Una valoración que visibiliza la dedicación profesional del farmacéutico. En concreto, la remuneración es de 7,50 euros por actuación, aunque aún queda acordar cómo será el reparto entre la oficina y distribución.
La firma del convenio es un gran paso para garantizar el acceso a los medicamentos, pero también es un ejemplo de los beneficios de integrar a la farmacia en el ámbito sanitario. “Es un hito que va a servir como puerta de entrada al sistema de salud, porque demostramos que la farmacia comunitaria trabaja bien y se puede confiar en nosotros”, cuenta el presidente del Micof. Una idea que secunda Arnau: “El acuerdo abre la puerta a otras colaboraciones futuras”.