La falta de antibióticos efectivos frente a la resistencia bacteriana es una amenaza cada vez más grave para la salud mundial. En las últimas décadas, solo algunos agentes antimicrobianos nuevos han podido llegar al mercado. Diseñar nuevas funcionalidades para los ya conocidos, o en desuso por su toxicidad, es una de las estrategias para suplir esta escasez de fármacos.
Ahora, investigadores del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC), la Universidad de Barcelona (UB) y el Instituto Jozef Stefan de Eslovenia ha conseguido mejorar uno de estos antibióticos conocidos –la ciprofloxacina– para que sea más eficaz en dosis mucho más pequeñas.
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