La menopausia es un proceso fisiológico que se produce en las mujeres entre los 45 y 55 años y que se caracteriza por la reducción progresiva de los niveles de estrógenos. Y aunque se trata de algo natural, este ciclo no tiene por qué equivaler a sufrimiento o molestias, a pesar de que la menopausia se asocia, tradicionalmente, a sofocos y molestias para la mujer.
A pesar de que se trata de una etapa cada vez más presente en la sociedad, la menopausia y el climaterio siguen siendo un tabú, rodeadas de mitos que emborronan y complican su comprensión por culpa de los prejuicios. Resulta importante entender que dentro de este proceso existen diferentes fases en las que las mujeres pueden experimentar síntomas muy variados. En la perimenopausia, que es cuando los niveles de hormonas del cuerpo comienzan a fluctuar y reducirse, las menstruaciones se vuelven irregulares y, finalmente, se interrumpen totalmente, llegando así a la menopausia.
Este proceso, que puede durar varios años, está marcado por síntomas como los trastornos del sueño, los sofocos, los sudores nocturnos o los cambios de estado de ánimo. Posteriormente, la posmenopausia se refiere al resto de la vida de una mujer tras transcurrir un año o más desde su última menstruación, apareciendo aquí la sequedad vaginal, incontinencia urinaria, mayor riesgo de depresión y otras patologías como osteoporosis derivada de la descalcificación de los huesos.
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