FUENTE: Las Provincias
«Reaccionas con lo que tienes». Así de explícito se muestra un médico sobre cómo actuar ante la falta de medicamentos. Y es que la carencia de fármacos en las antiguas boticas continúa y afecta «muchísimo» tanto a los farmacéuticos como a sus pacientes.
La falta afecta a todo tipo de medicamentos. Desde remedios contra la artrosis hasta para el corazón o la diabetes. Algunos son muy difíciles de encontrar y no existe la alternativa de un genérico o de un principio activo similar.
En este sentido, Patricia, una farmacéutica de la avenida Tres Forques, señala que trabajan con ‘faltas’ de hasta 30 medicamentos en una semana. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ha identificado casi 700 medicamentos con problemas de distribución, algunos de ellos muy comunes.
Un problema con el que se están encontrando los farmacéuticos es que «muchos pacientes piensan que no les queremos vender porque no les cabe en la cabeza que puedan faltar medicamentos», explica Patricia.
Todas estas dificultades han hecho agudizar el ingenio tanto a médicos como a pacientes y farmacéuticos, que han debido recurrir a soluciones más o menos imaginativas.
Una de estas soluciones de emergencia es partir las pastillas para reducir o aumentar la dosis que se suministra. Es el caso de antibióticos pediátricos para niños.
Algunos de estos productos han faltado en varias ocasiones estos meses por lo que, con la aquiescencia de los facultativos, se ha recomendado acudir a los de adultos y partirlos para darlos a los niños. Uno de los medicamentos que más se utiliza en esta fechas es el paracetamol efervescente, el conocido como Efferalgan. Su falta se ha dejado notar en las farmacias y algunos pacientes, con dificultades para tragar pastilla, han procedido a utilizar un sistema rudimentario como es aplastarlas y así hacer más sencilla su toma. Este sistema no está recomendado por los médicos ni por los farmacéuticos.
Los farmacéuticos han buscado también soluciones a esta carencia y el Consejo General de los Farmacéuticos a nivel nacional ha diseñado una herramienta conocida como Farmahelp, explica Juventino Jiménez, vicepresidente del Colegio de Farmacéuticos de Valencia. A este sistema se han adherido 9.000 de los 22.000 establecimientos que hay en España. A través de esta aplicación se pueden localizar las farmacias más próximas que dispongan del medicamento que pide el paciente con lo que se facilita el servicio que se presta.
Muchos de estos medicamentos no tienen alternativa y los profesionales tienen que derivar al paciente otra vez al facultativo para que les recete un fármaco equivalente. «No tenemos alternativa», destaca Antonio, el propietario de otro establecimiento en Valencia. En otros casos se puede recurrir al principio activo genérico o bien a un medicamento de una marca diferente. Pero no siempre es posible.
Entre los medicamentos que faltan y no se pueden sustituir por otros se encuentra el Depakine que se utiliza para las crisis epilépticas. Otro de estos fármacos es el Ozempic para diabéticos y pacientes con obesidad mórbida. También están en falta el Prolia (para la artrosis) que tiene un suministro irregular, destaca Juventino Jiménez.
Tampoco el suministro de Apocard (problemas cardiacos) es muy fluido. También hay problemas con los antibióticos pediátricos o de fármacos tan comunes como el Efferalgan.
Todo esto también implica, según señala Jiménez, un gran esfuerzo económico para las farmacias porque tienen que hacer acopio de alguno de estos medicamentos debido a que el suministro es irregular. «Cuando hay, almacenamos para los pacientes», subraya.
Vicente Inglada, secretario de la Unión Consumidores de la Comunitat, señala que esta falta de medicamentos «nos preocupa porque afecta a la calidad de vida de los pacientes». En la misma línea se pronuncia Fernando Móner, presidente de la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (Avacu):«Se hacen cosas que no se debería como acumular medicamentos en casa».