Hace unos días la revista The Lancet publicó un artículo en el que, entre otras cuestiones, solicitaban medidas drásticas contra la comercialización abusiva de preparaciones para lactantes. La polémica no se ha hecho esperar.
No cabe duda de que la leche materna es el mejor alimento para el bebé durante los primeros meses de vida. Además de cubrir las necesidades nutricionales para su adecuado crecimiento, desde el punto de vista emocional ayuda a establecer un buen vínculo madre-hijo. Sin embargo, no siempre es posible establecer la lactancia materna, bien por motivos socioculturales, bien porque no es el deseo de la familia, o bien por impedimentos médicos (aunque realmente son muy pocas las excepciones médicas). Cuando esto sucede las fórmulas infantiles o sucedáneos de la leche materna resultan la mejor opción para sustituir o completar la alimentación del bebé.
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