Las contracturas o nudos musculares son la retracción de las fibras musculares. La tensión generada por esta contracción genera -a su vez- un dolor persistente y localizado que puede complicarnos mucho el día. No es una patología grave, pero sí muy molesta. Y de hecho, es una de las lesiones más comunes. De hecho, es tan común que afecta a 6 de cada 10 personas, aproximadamente.
Las contracturas se producen cuando realizamos un movimiento para el que el músculo en cuestión no está preparado. Y eso puede suceder por varios motivos. La causa más común es una vida sedentaria. Si permitimos que el músculo se debilite, será mucho más probable que nos enfrentemos a este problema en el futuro. Aunque las contracturas también son comunes en personas activas y deportistas.
Si no calientan antes de exigirle al músculo un trabajo intenso y repetitivo, este puede acabar cediendo. Otra situación que también es muy frecuente es que el afectado pase varias horas en la misma posición. Y que eso haya provocado la tensión muscular en la zona que ha derivado en la contractura. El estrés y la ansiedad tambien son un foco importante de tensión muscular, aunque suele ir acompañado de dolor de cabeza, mareos, cansancio persistente, etc.