Prurito, irritación, cosquilleo, hormigueo… son algunas de las denominaciones alternativas del picor de garganta, un síntoma muy habitual que generalmente se asocia a procesos benignos. No se puede calificar como incapacitante, pero resulta muy molesto y, sobre todo, insidioso. Una vez que aparece, librarse de él no es tarea fácil.
Conocer la causa es el primer paso para atajar el problema y, de paso, descartar que se trate de un signo de una dolencia grave. Lo siguiente es administrar un tratamiento específico, sin descartar la utilización de algunos remedios caseros que pueden ser muy útiles. Pero ¡ojo! no todas las soluciones naturales o tradicionales valen y algunas de ellas pueden resultar contraproducentes.
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