El consumo de estos frutos secos tiene un papel fundamental en el desarrollo del cerebro, sobre todo en la adolescencia, según un estudio del Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili y de ISGlobal

Comer nueces de forma habitual podría beneficiar el desarrollo cognitivo de los y las adolescentes y contribuir a su maduración psicológica. Estas son algunas de las conclusiones a las que ha llegado un estudio liderado desde el Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV), en el que han colaborado ISGlobal y el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM).

Las nueces son ricas en el ácido graso alfa-linolénico (ALA), un tipo de omega-3 que juega un papel fundamental en el desarrollo del cerebro, especialmente en esta etapa de la vida.

En palabras de Jordi Julvez, investigador principal y coordinador del Grupo de Investigación NeuroÈpia del IISPV, “la adolescencia es un momento de grandes cambios biológicos: se produce una transformación hormonal, que a su vez es la responsable de estimular el crecimiento sináptico del lóbulo frontal. Esta parte de nuestro cerebro es la que posibilita la maduración neuropsicológica, es decir, de las capacidades emocionales y cognitivas más complejas. Las neuronas bien alimentadas con este tipo de ácidos grasos podrán crecer y crear nuevas sinapsis, que serán más fuertes”.

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