Los análisis de sangre suelen ser muy efectivos a la hora de diagnosticar y controlar determinadas enfermedades. Los resultados informan sobre el estado del cuerpo a través de distintos niveles que engloban al número de plaquetas, glóbulos rojos, blancos… Así, hay afecciones que se pueden diagnosticar fácilmente con una simple analítica y un estudio posterior específico. Es el caso, sin ir más lejos, de quienes padecen colesterol.
El colesterol es una sustancia cerosa y similar a la grasa que se encuentra en todas las células de nuestro cuerpo. Desempeña un papel vital en la producción de hormonas, la formación de membranas celulares y la síntesis de vitamina D. Sin embargo, cuando los niveles de colesterol en la sangre se desequilibran, puede tener consecuencias negativas para nuestra salud, especialmente en relación con el sistema cardiovascular.