Para la mayoría de las personas, la manicura de gel nunca supone un problema. Pero a algunas puede provocarles alergias de por vida a diversos dispositivos médicos y a los empastes e implantes dentales que contienen un compuesto llamado acrilato, una sustancia química clave en estas manicuras y pedicuras.
Los esmaltes de gel (que requieren la exposición a una luz UV o LED para endurecerse y secarse) existen desde al menos la década de 1980 y ofrecen un acabado brillante más duradero sin el tiempo de secado habitual de 30 minutos. Pero si un técnico de uñas o un aficionado utiliza incorrectamente estos esmaltes de gel de acrilato, es más probable que se produzcan alergias. Una reacción leve puede implicar picor y enrojecimiento en el lecho ungueal; una grave puede provocar afecciones respiratorias y el debilitamiento o pérdida de las uñas.
Por eso, en parte, los médicos están avisando a las clientas de salones de manicura, y a las personas que han comprado kits de manicura de gel para casa, que sean conscientes de los riesgos de este procedimiento y de las precauciones que pueden tomar para hacérselo de forma segura, en el salón o en casa. Una vez que se desarrolla una alergia a los acrilatos, los médicos afirman que suele volverse permanente. Es un problema que va más allá del cuidado de las uñas, ya que los acrilatos se utilizan en carillas, pegamentos quirúrgicos e incluso extensiones de pelo y pestañas.
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