Un organismo que no suda lo suficiente no puede enfriarse y, por tanto, la temperatura corporal sube sin control. Si no se toman las medidas oportunas, el riesgo es alto

No es una de las patologías más habituales. De hecho, lo más probable es que, en el caso de conocer algún caso, este se convierta en el tema de conversación de la oficina, al menos, a la hora del café. Sin embargo, dentro de lo poco frecuente que es, lo cierto es que puede afectar a cualquier persona. Ahora bien, si hubiera que delimitar un colectivo más propenso a la anhidrosis, quizá se podría señalar que "existe un discreto predominio masculino y que se suele presentar en un intervalo de edad entre los 10 y los 50 años", apunta el doctor Javier Antoñanzas, especialista de Dermatología de la Clínica Universidad de Navarra. Asimismo, "aunque no se ha demostrado, se ha sugerido que se asocia a una alteración inmunológica basal y que, por tanto, puede ser más común en pacientes con urticaria o dermatitis atópica", añade.

Especialmente peligrosa en verano

Con las altas temperaturas, las personas que padecen anhidrosis deben ser más cautelosas y tomar las medidas pertinentes para evitar complicaciones. Y es que esta incapacidad para sudar en respuesta a estímulos como el ejercicio o el calor, en los casos más graves puede llegar a desembocar en eventos cardiovasculares o incluso la muerte. "Aunque de forma excepcional, la ausencia total de sudoración puede conducir al fallecimiento de la persona", alerta el experto.

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