El aumento de peso y la redistribución de la grasa en la menopausia son dos realidades difíciles de manejar. Sin embargo, el ayuno intermitente podría mejorar estos síntomas

bote pronto, el auge del ayuno intermitente podría explicarse aduciendo varias razones. Entre ellas, lo sencillo que, a priori, podría resultar su puesta en práctica. Y es que la idea fundamental de una de las dietas más seguidas en los últimos años es que se basa en crear ventanas de ayuno más o menos prologadas. Ahora bien, ¿es eficaz? ¿Compromete la salud o, por el contrario, es una vía para el cuidado de esta para la personas? Y, tal y como titula este artículo, ¿es un método de adelgazamiento idóneo para las mujeres de más de 50 años?

El ayuno intermitente y la menopausia están relacionados por varios aspectos, siendo el más relevante las alteraciones hormonales que sufren las mujeres en esta etapa de su vida. "Estos cambios, que tienen su origen en la reducción de los niveles de estrógenos, repercuten directamente en el riesgo de padecer ciertas enfermedades, sobrepeso y obesidad", apunta Estefanía Ramo López, dietista-nutricionista clínica, experta en tecnología de los alimentos y en nutrición enfocada en la salud de la mujer en el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).

Los kilos se van a la barriga

Sabemos que el aumento de peso en las mujeres entre 50 y 65 años es uno de los principales problemas de salud. "De hecho, las féminas tienen una ganancia media de peso de 0,5 kg al año a partir de los 40 años y hasta los 60, según los estudios", apunta Ramo. Además, "mientras que el aumento de peso no puede ser atribuido a la transición menopáusica, el cambio hormonal sí se asocia con un aumento de la grasa corporal total y un incremento de la grasa abdominal", asegura.

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