La investigación realizada en personas de 50 años demuestra que "cuanto antes empecemos a controlar los factores de riesgo cardiovascular, mejor será para nuestro cerebro"

Los factores de riesgo cardiovascular no solo están relacionados con el infarto, las enfermedades arteriales o los accidentes cerebrovasculares (ictus), también influyen en el desarrollo de alzhéimer y otras demencias. Sin embargo, hay pocos estudios longitudinales —que investigan al mismo grupo de sujetos de manera repetida durante años o décadas— en personas de mediana edad, 50 años, que hayan evaluado la interacción entre la aterosclerosis y su impacto sobre la salud del cerebro.

Ahora, una investigación pionera realizada en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) de España arroja nuevos datos sobre esta relación. Sus resultados confirman la relevancia de controlar los factores de riesgo cardiovascular tradicionales, como la hipertensión, el colesterol, la diabetes, el tabaquismo o el sedentarismo, no solo para cuidar la salud del corazón, sino también para prevenir enfermedades como el alzhéimer.

Publicada hoy en The Lancet Healthy Longevity, la investigación del CNIC muestra que la aterosclerosis, una afección frecuente que aparece cuando una sustancia pegajosa llamada placa de grasa se acumula en el interior de las arterias, y sus factores de riesgo también están implicados en alteraciones cerebrales típicas de la enfermedad de Alzheimer, la causa más común de demencia.
Noticia completa en La Razón.

 

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