Los científicos creen que estas actividades podrían aumentar la reserva cognitiva, que es una de las maneras que tiene nuestro cerebro para hacer frente al deterioro

En los últimos años, la investigación científica ha ido arrojando que uno de los factores principales a la hora de disminuir el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer u otras formas de demencia es mantener el cerebro activo.

Una buena manera de hacer esto puede ser aprendiendo nuevas habilidades. Precisamente, un nuevo estudio publicado en el medio especializado Frontiers in Aging Neuroscience ha arrojado que las personas que reciben clases de adultos tienen un menor riesgo de demencia en los cinco años siguientes que aquellas personas que no lo hacen.

Un riesgo hasta un 19% menor

Específicamente, esto es lo que se desprende del análisis de 282,421 personas que participaron en el estudio UK Biobank entre 2006 y 2010, cuando tenían entre 40 y 69 años de edad. A estos voluntarios se le realizó un seguimiento medio de siete años desde ese momento.

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