Los teléfonos móviles atraen numerosas bacterias. Aunque la mayoría de ellas no representan ningún peligro porque son las mismas que tenemos en la piel, hay algunas que circulan en entornos sanitarios que pueden ser causa de graves infecciones.

Se han convertido en una extensión de nuestro cuerpo. Detrás de cada risa, cada canción, cada almuerzo, cada gesto, cada viaje, cada conversación, están ellos: nuestros teléfonos móviles. Nos acompañan en todo lo que hacemos y estamos tan acostumbrados que ni somos conscientes. Sin embargo, paremos a pensar en el asunto con un dato: se calcula que tocamos estos aparatos una media de 2.617 veces al día, que se traducen en 2.617 oportunidades que las bacterias tienen para viajar hasta nuestra mano, hasta nuestra piel. En este sentido, ¿cómo afecta este contacto estrecho a nuestra salud?

“Los móviles son un foco de microorganismos, algunos buenos y otros malos, que pegamos en el momento que tocamos las pantallas”, afirma José Ramos Vivas, profesor de microbiología e investigador de la Universidad Europea del Atlántico. En general, continúa el experto, las bacterias con las que nos topamos en el día a día “no deben preocuparnos porque son las que tenemos habitualmente en la piel. Básicamente, las pasamos de nuestra piel a la pantalla y de la pantalla a nuestra piel”.

Pero, ¿qué tipo de bacterias son las que podemos encontrar en estos dispositivos? Ramos responde que las más comunes son dos especies de los llamados estafilococos. “Están los coagulasa positivos y los negativos. Para que nos hagamos una idea, a unos se les conoce como estafilococos áureos y a los otros, epidermis. Como se adivina por la palabra, son habitantes comunes de nuestra piel”, detalla el especialista.

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