Así lo han puesto de relieve en unas jornadas, coordinadas por los doctores Mar Masiá, Jefa de Sección de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital General Universitario de Elche, y José Ignacio Bernardino, Médico Adjunto, FEA, del Hospital Universitario La Paz. Han puesto el foco en el principal problema de salud que tiene actualmente la población con VIH, que son las comorbilidades o enfermedades crónicas.
Una vez alcanzado el control óptimo de la replicación del VIH con el tratamiento antirretroviral, la esperanza de vida de las personas con VIH cada vez se parece más a la de la población general. Sin embargo, aún hay algunos años de diferencia, en los que están principalmente involucrados las comorbilidades.
Un problema que irá a más
Las previsiones apuntan a que este problema se agudizará con el tiempo, de forma paralela al aumento del número de pacientes tratados para el VIH y controlados virológicamente y por tanto al envejecimiento progresivo de esta población, a lo que se suma la exposición acumulada a diversos factores comunes y adicionales a los de la población general. La detección temprana y el manejo adecuado de estas comorbilidades es lo que puede marcar diferencias importantes en la esperanza de vida de las personas con VIH.
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