El Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) es un trastorno mental de origen desconocido, aunque se cree que puede estar relacionado con factores genéticos, familiares y sociales. Entre sus síntomas se incluyen problemas en las relaciones interpersonales, dolor emocional, sentimiento crónico de vacío, autolesiones, impulsividad (lo que hace que se den gastos irresponsables, comportamientos sexuales de riesgo o abuso de sustancias), miedo intenso a un abandono real o imaginario, pensamiento dicotómico, baja autoestima, ideación paranoide, alteración de la identidad…
Como te puedes imaginar, debido a la gravedad de los síntomas, este trastorno tiene un gran impacto en la vida de las personas que lo padecen.
Emociones intensas, actuaciones extremas
Las grandes protagonistas del TLP son las emociones, especialmente la ira (proyectada hacia uno mismo o hacia los demás). Con trastorno límite de la personalidad, las emociones se sienten de una manera muy intensa y condicionan al extremo la conducta, por eso se suele decir que son arrolladoras. De hecho, gestionar las emociones para que no interfieran en el día a día es uno de los grandes retos dentro del tratamiento, dado que es la causa principal de sus problemas de estabilidad e interacción social.
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