La hora a la que desayunamos y cenamos tiene un impacto sobre nuestra salud cardiovascular. Así lo asegura un estudio internacional en el que ha participado el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), que sugiere que realizar de forma tardía la primera o la última comida del día se relaciona con una mayor riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares.
El estudio, en el que además del centro español impulsado por la Fundación la Caixa también han participado equipos del Instituto francés para la Investigación Agronómica (INRAE), el Instituto francés para la salud y la investigación médica (Inserm) y la Universidad de la Sorbona de París, también ha revelado que hay evidencias que sugieren que un ayuno nocturno de mayor duración se asocia con un menor riesgo de padecer enfermedades cerebrovasculares, como el ictus.
Los resultados del trabajo, que ha realizado un seguimiento a más de 100.000 personas de la cohorte NutriNet-Santé durante 13 años (entre 2009 y 2022), se han publicado en la revista Nature Communications.
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