El periodo de Navidad es uno de los peores para quienes sufren ansiedad social. Las aglomeraciones, los encuentros sociales o simplemente las reuniones con personas se convierten en una fuente de estrés.

El trastorno de ansiedad social es un temor intenso y persistente a ser observado y juzgado por los demás. Y en estos días de encuentros frecuentes con amigos, familiares, compañeros de trabajo o compromisos de diverso tipo quienes sufren este tipo de fobia lo van a pasar mal.

La ansiedad social se activa en situaciones en las que quienes lo padecen entran en contacto con otras personas “por los pensamientos que imaginan que se están formando sobre ellos”, explica el psicólogo Luis Miguel Real. Por ello, estos días de celebraciones compartidas pueden ser una época de sufrimiento por la frecuencia de reuniones con un número más elevado de personas de lo que es habitual o con personas diferentes, lo que genera un malestar que no pueden controlar a quienes sufren este tipo de ansiedad.

Acudir a una a una cena o a una actividad social se puede convertir en un suplicio para quien “tema hablar con alguien a quien acaba de conocer, imagina que no va a saber continuar una conversación, tienda a suponer que ha ido mal vestido para el evento o sienta que es la persona más aburrida y menos interesante de la reunión”, explica este psicólogo.

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