Seguir una dieta sana y equilibrada, no beber alcohol, no fumar y hacer ejercicio son los pilares básicos para la prevención de cualquier enfermedad, incluido el cáncer. Hay muchos estudios que hablan de los daños que produce el alcohol o el tabaco pero también hay muchos que avalan el papel protector del ejercicio físico frente a esta enfermedad. De hecho el ejercicio físico puede reducir hasta un 30% el riesgo de cáncer de mama, colon, vejiga urinaria, endometrio, esófago y estómago, y casi el 20% el riesgo de mortalidad específica por cáncer.
Los datos más sólidos hasta la fecha se centran en cáncer de mama y cáncer colorrectal, pero este beneficio se extiende a otros tumores como el cáncer de próstata y pulmón. Además, el ejercicio físico ha demostrado mejorar la calidad de vida y disminuir los efectos secundarios derivados de los tratamientos, al aumentar la capacidad cardiorrespiratoria de los pacientes y reducir la fatiga, y mejorar la percepción de su salud. Así lo han señalado los expertos reunidos durante la presentación del informe Las cifras del cáncer en España 2024, elaborado por la Sociedad Española de Oncología Médica y la Red Española de Registros de Cáncer (Redecan), y el movimiento social SEOM Ejercicio contra el cáncer.
“El ejercicio físico es un pilar fundamental en el estilo de vida saludable, y existe evidencia consistente sobre la asociación entre el ejercicio físico y la reducción en la incidencia y mortalidad por cáncer. A pesar de estar bien documentados los beneficios del ejercicio físico, pocos pacientes con cáncer se mantienen físicamente activos por la falta de información por parte de los profesionales sanitarios, y las reticencias de los pacientes debido a los efectos secundarios, al miedo a nuevos efectos adversos, a la falta de motivación o a las dificultades en el acceso al ejercicio”, ha señalado el presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), César A. Rodríguez.
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