Que la fiebre hace que los niños crezcan es una verdad a medias. Los expertos despejan las dudas que rodean a esta creencia tan extendida

Pegar el estirón. Medias verdades responden a preguntas relacionadas con el crecimiento y una de ellas es la afirmación de que, con la fiebre, el niño crece. “La fiebre se produce cuando hay una patología. No es esperable que durante este periodo el niño crezca”, cuenta a CuídatePlus Rosaura Leis, coordinadora del Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Eso sí, la especialista afirma que cuando el pequeño está enfermo se pueden producir pequeñas secreciones de GH, la hormona del crecimiento.

Claro que esta secreción no se produce por la fiebre en sí. La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) apunta dos factores: “El primero es que la fiebre estimula la GH como parte de los mecanismos defensivos. El segundo tiene que ver con el número de horas de sueño. Los niños duermen más cuando están malitos y el sueño también hace que se libere esta hormona”.

Por tanto, no se puede asociar la fiebre con el crecimiento. Este nunca produce fiebre “porque se trata de una actividad continua a lo largo de los primeros 18 años de vida”, indican desde la AEPap, que recuerda que la fiebre es un mecanismo de defensa frente a otros tipos de problemas, como las infecciones. “Y no tiene que ver con que el niño vaya a crecer más o menos. Dependerá de la genética, la alimentación o el entorno”, añade.

Al igual que la fiebre no es responsable del estirón, tampoco ocurre lo contrario. Es decir, “no hay evidencia de que el crecimiento cause fiebre. Un niño es un organismo en desarrollo que va aumentando su talla, pero no de forma lineal, sino con pequeños escalones. Esto no debería causar patología ni fiebre”, según Leis.

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