Algunas personas, cuando se miran al espejo, creen que tienen los dientes más largos de lo que sería normal. Además, es posible que noten que el tejido rosa sobre sus elementos dentarios aparenta ser más delgado. Pues bien, lo más probable es que padezcan un problema de encías retraídas.
Este trastorno, además de las consecuencias estéticas, es capaz de afectar el normal funcionamiento de la boca. Por eso es importante abordarlo a tiempo y de la mano de un odontólogo.
¿Qué son las encías retraídas?
La encía o tejido gingival es la parte blanda, firme y rosada que rodea el cuello de los dientes. Es decir, recubre lo que sería la raíz de los elementos dentarios, que en condiciones normales, no podemos ver.
El tejido gingival tiene la función de proteger al hueso y a la raíz dentaria. Además, le otorga firmeza a los dientes para que se conserven en su lugar.
Podemos decir que hay encías retraídas o recesión gingival cuando este tejido se desplaza, dejando visible la raíz. De acuerdo con una publicación científica del año 2015, la condición pone al descubierto la unión entre el cemento dental y el esmalte.
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