Los ictus en personas jóvenes siempre resultan especialmente impactantes e inesperados. Y más si se trata de alguien que no es obeso, no padece hipertensión, no es sedentario en absoluto… Es cierto que los accidentes cerebrovasculares son mucho más frecuentes en la tercera edad, pero no se trata de una enfermedad exclusiva de las personas mayores. Según datos de la Sociedad Española de Neurología, aproximadamente el 10-15% de todos los ictus ocurren en menores de 45 años e incluso, aunque raros, se pueden dar casos en niños. Según un nuevo estudio, los factores de riesgo tradicionales, que son muy similares a los implicados en el infarto y otros eventos cardiacos, son importantes entre los 18 y los 35-45 años, pero son igualmente relevantes otros factores no tradicionales.
Los autores del nuevo estudio, publicado en la revista Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes, instan a prestar más atención a esos factores atípicos, con el fin de desarrollar estrategias preventivas que se ajusten a cada rango de edad.
Factores de riesgo típicos y atípicos del ictus
La mayoría de los ictus están relacionados con los factores de riesgo tradicionales, entre los que se encuentran, además de los ya citados, el tabaquismo, la diabetes tipo 2 y el abuso del alcohol y otras drogas. Sin embargo, hay estudios recientes que muestran un incremento de la incidencia de ictus en jóvenes que no presentaban ninguno de ellos, sino otros que se pueden considerar no tradicionales o atípicos.
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