Para conocer las ventajas e inconvenientes del ejercicio físico en ayunas, es necesario tener en cuenta los objetivos concretos que busca la persona con la práctica deportiva, su estado de salud, así como la intensidad y la duración del ejercicio que va a realizar
¿Cuándo puede ser conveniente entrenar en ayunas? Es la pregunta que se plantean aquellos que realizan ejercicio físico o que entrenan a primera hora del día tras 8 horas o más en ayunas, es decir, sin haber ingerido ningún alimento calórico. Como punto de partida, conviene saber que el cuerpo humano y, en concreto, el músculo esquelético tiene varias formas de obtener la energía que necesita para llevar a cabo una de sus funciones mecánicas básicas que es la contracción muscular.
- Una de estas vías es la de los fosfágenos, por hidrólisis o degradación de la fosfocreatina.
- Otra vía es la de la glucólisis a partir de la degradación de la glucosa por las células, generando energía en presencia de oxígeno (vía glucolítica aeróbica o fosforilación oxidativa) o en ausencia de oxígeno (vía glucolítica anaeróbica).
- La tercera vía energética es la lipolítica, en la que la energía se obtiene de la oxidación de los ácidos grasos en el interior de las monedas de cambio energético de las células como son las mitocondrias, según explica Noelia Belando, doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, profesora titular e investigadora en la Universidad Europea de Madrid, además de coach y personal trainer.
Lo cierto es que el músculo necesita gasolina para lograr la contracción y lo hará de la forma más eficiente dependiendo de:
- El tipo de esfuerzo que realizamos.
- La disponibilidad de energía.
- De dónde tenga que obtener energía.
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