Con el buen tiempo caminar por la playa apetece más que nunca. Si no vivimos cerca del mar y acudimos a éste de vacaciones podemos aprovechar el tiempo para ejercitarnos al aire libre. ¿Puede haber un mejor plan?
Sin embargo, aunque caminar por la playa nos sirva para poner en marcha nuestro sistema cardiovascular y nuestro aparato locomotor, además de para relajarnos, debemos de tomar precauciones para evitar lesiones. Como en cualquier ejercicio no hay que tener prisa y debemos comenzar poco a poco tanto en distancia como en el tiempo que pasamos caminando por la arena.
Caminar por la arena a cualquier hora del día puede ayudarnos a mejorar la fuerza en las piernas, a desarrollar resistencia muscular y a quemar más calorías que si lo hacemos sobre una superficie plana. Además, mejora el retorno venoso, un gesto favorecido al apoyar la planta del pie en la arena pero también por el efecto del agua si caminamos por la orilla.
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