Parece impensable que una persona que dedicó varios años de su vida a un entrenamiento intensivo decida renunciar. Sin embargo, Alberto Valle, psicólogo y coach de deportistas de alto rendimiento, lo dice claro: «Yo conocí campeones de atletismo que llegaron a cogerle verdadera aversión al deporte que practicaron».
El peso de las presiones por mostrar resultados, la necesidad de demostrar algo a los espectadores y las condiciones económicas para sostenerse en la élite, pueden hacer mella en la salud mental de los atletas. A veces, el comienzo a temprana edad de una rutina diseñada para ser lo mejor de lo mejor, desgasta el ánimo y se vuelve insostenible.
Por eso se vuelve fundamental el acompañamiento de los psicólogos deportivos. Sobre todo, en contextos en los que aumenta el riesgo, como son las fechas especiales de campeonatos o los mismos Juegos Olímpicos.
¿Cuándo podemos decir que un deportista tiene burnout?
Estar quemado y no sentirse realizado con la práctica de lo que nos apasiona es algo que tiene bastante historia en el deporte. Desde la década de 1980 hay registros de atletas con síntomas de agotamiento emocional y despersonalización.
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