Los veranos son cada vez más calurosos y largos, con efectos no sólo evidentes en nuestro planeta, sino también en nuestra salud. El deshielo de los glaciares, el aumento de la temperatura del agua del mar, la desaparición de lagos y el aumento de las enfermedades transmitidas por vectores, es decir, garrapatas y mosquitos. Y si bien es cierto que todavía no hay alarma, también lo es que la tendencia al aumento constante de algunas infecciones debe ser motivo de preocupación.
En España, el número de casos confirmados de fiebre del Nilo en lo que va de año 2024 iguala a los de todo 2023. Se han registrado, además, dos fallecimientos. El culpable es un pequeño mosquito de la familia Culex, con varios miembros: Culex perexiguus, Culex pipiens, Culex modestus y Culex laticinctus, que se están actuando de transmisores de la infección.
Aumento de la temperatura
"El cambio climático es un fenómeno que afecta a muchos aspectos de nuestra vida, incluida la salud de los niños. Es importante que la comunidad y las familias sean conscientes de los retos que plantea y tomen medidas preventivas en la medida de lo posible para garantizar el bienestar de los más pequeños", recomienda Annamaria Staiano, presidenta de la Sociedad Italiana de Pediatría (SIP).
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