La radiación ultravioleta del sol puede dañar nuestra salud gravemente, aumentando exponencialmente el riesgo de ciertos cánceres potencialmente mortales.

¿Has escuchado hablar este verano sobre el callo solar? Si es así, ha llegado hasta tus oídos una de las últimas tendencias de la temporada en países como España. Por desgracia, en esta ocasión se trata de una práctica muy dañina y peligrosa, que debemos evitar a toda costa.

El 'callo solar', como lo definen numerosos influencers y otras figuras en redes sociales (a menudo especializadas en contenido sobre salud pseudocientífico y sin base en evidencias) hace referencia a la exposición al sol sin protección para generar 'tolerancia al sol'. El principio, no obstante, hace aguas: la radiación ultravioleta que desprende el astro rey es un carcinógeno comprobado, y sus efectos dañinos no disminuyen con la exposición prolongada sino todo lo contrario.

El peligro de la radiación ultravioleta

Según explica la Organización Mundial de la Salud, nuestra piel necesita recibir cantidades muy pequeñas de radiación ultravioleta para la síntesis de vitamina D (apenas 20-30 minutos diarios de exposición, que puede ser indirecta y/o bajo protección). Por el contrario, una exposición excesiva (categoría en la que entra de lleno pasar tiempo al sol sin protección) puede provocar una serie de problemas en la salud que, con el tiempo, podrían llegar a derivar en varios tipos de tumor.

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