Una adicción comportamental es aquella conducta repetida que resulta placentera al principio, pero que acaba convirtiéndose en actos impulsivos-compulsivos que no son fáciles de controlar. Una que está adquiriendo especial auge en los últimos años es la relacionada con el teléfono móvil, puerta de entrada para otras adicciones, como a las redes sociales, a las compras, al juego online…
Lo cierto es que cada vez estos aparatos son más completos y participan en prácticamente todos los ámbitos de la vida, incluido el trabajo, pues facilita la actividad laboral fuera del horario laboral.
Eso sí, en la Guía clínica sobre adicciones comportamentales de Socidrogalcohol se recuerda que no todas aquellas personas con uso/abuso del teléfono se deben considerar adictos. En este sentido, es necesario valorar si este comportamiento resulta patológico y si se encuentran involucrados en el desarrollo de la misma la ansiedad, impulsividad o neuroticismo.
“Puede parecer exagerado pero muchas personas con teléfono móvil ‘sufren’ si se han quedado sin batería o cobertura, pueden presentar ansiedad, malestar, pánico, sudores si pierden el móvil, si no pueden contestar a las llamadas o mensajes, en este fenómeno se llama nomofobia”, apunta el documento.
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