La velocidad que alcanzan los patinetes eléctricos y su uso en lugares de tráfico intenso ha llevado a un aumento de los accidentes. Una especialista en neurorrehabilitación revela las principales lesiones cerebrales que se están produciendo

En España hay ya unos 5 millones de patinetes eléctricos. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha señalado en numerosas ocasiones que no se trata en absoluto de un vehículo de juguete, como algunas personas parecen creer. “Conducir un vehículo a 25 km/h conlleva obligaciones y sanciones, aunque ese vehículo sea un patinete”, advierte. La Fundación Mapfre contabilizó cerca de 300 siniestros con patinetes en 2023, en los que al menos 187 personas sufrieron una lesión y 11 perdieron la vida. Unas cifras que crecen año a año según aumentan los usuarios de este tipo de vehículos. Y también aumenta un tipo concreto de lesión cerebral, según ha explicado a CuídatePlus Myrtha O’Valle, directora de Irenea, Instituto de Rehabilitación Neurológica de Vithas Sevilla, que es muy común en los accidentes de coche y moto.

Se trata de lo que se conoce como lesión axonal difusa, que es la rotura de las fibras que conectan unas neuronas con otras (los axones) en diferentes zonas del cerebro. “Al estar en suspensión dentro del cráneo”, explica la especialista, “cuando se produce un golpe, con la aceleración-desaceleración y el golpe-contragolpe, el cerebro rebota hacia atrás si la caída es hacia delante y hacia el lado opuesto cuando se trata de una caída lateral”. Con esos movimientos se producen múltiples roturas de ese cableado neuronal. Como consecuencia, se pueden desencadenar diferentes tipos de cuadros clínicos, en función de la intensidad y la zona del golpe.

“Nos estamos encontrando con lesiones axonales difusas gravísimas y pacientes con alteraciones muy importantes tanto físicas como cognitivas, conductuales, del lenguaje…”, expone O’Valle. Los accidentados pueden ser peatones atropellados por un conductor de patinete que, lógicamente, no llevan casco. La cuestión es que, tal y como apunta la experta, cuando el herido es el usuario del vehículo, en la gran mayoría de los casos no llevaba casco o, como mucho, “uno pequeñito, por precaución, pero que al final es un mero quitamultas que no protege realmente el cerebro”.

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