FUENTE: La Razón
Las caladas que aspiraban Bogart, Audrey Hepburn, «La Dietrich» o Clint Eastwood, el que fuera un signo de distinción social, en boca y mano de las grandes estrellas del celuloide y de personalidades políticas, el «glamouroso» cigarrillo, fue condenado a muerte tras ver las repercusiones que tenía para la salud. Y una de las más peligrosas es la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica). Y no es de extrañar si se analizan sus cifras. En España, se estima que cada año mueren 18.000 personas en manos de esta dolencia respiratoria que, según señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), todo apunta a que se convertirá en la causante del 7,8 por ciento de todas las muertes y del 27 por ciento de todos los fallecimientos relacionados con el tabaco.
Pese a este baile de datos, la peor de las noticias es que, a día de hoy, todavía existe un 73 por ciento de pacientes que no está diagnosticado. Para profundizar en este y otros aspectos más relevantes de esta enfermedad progresiva e invalidante, se reunieron destacados expertos en LA RAZÓN, en el XV Encuentro A TU SALUD, organizado conjuntamente con Novartis.
Las nuevas herramientas como la Telemedicina, la importancia de la espirometría como pilar fundamental para realizar el diagnóstico, los costes y las estrategias que permitirán un ahorro importante al sistema sanitario fueron algunos de los temas tratados.
Según explicó Pilar de Lucas, presidenta electa de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), «esta enfermedad seguirá en ascenso por, entre otras causas, el aumento de la esperanza de vida. Y a partir de los 60 años será dramática». La experta señaló que «afecta al 10,2 por ciento en la población de entre 40 y 80 años, en concreto a tres hombres por cada mujer, según datos del estudio EPI-SCAN».
No obstante, «crece la enfermedad, pero se trata mejor, por lo que disminuye la mortalidad», apunta. Y disminuiría aún más si se diagnosticara a todos los afectados, y no sólo a poco más del 20 por ciento, aproximadamente, que sale de consulta con un nombre y una terapia que seguir.
Espirometría
Para lograrlo, nada más sencillo que una espirometría, esto es, una prueba que permite medir los flujos y volúmenes respiratorios del paciente.
Según destacó Julio Ancochea, jefe del Servicio de Neumología del Hospital La Princesa de Madrid, «no siempre se realiza esta prueba de calidad en el ámbito de la atención primaria. Además, la enfermería no ha asumido un papel importante en la prevención, el diagnóstico, el seguimiento y el plan de cuidados de estos pacientes». Por su parte, Myriam Calle, coordinadora del Área de EPOC de la Separ, añade que «existe una dificultad para hacer espirometrías por un problema de formación y de considerarla necesaria. El médico no la pide. Es un problema de muchos países».
Por este motivo surgió la idea de elaborar el estudio «3E» desde la Separ, realizado tanto en centros de atención primaria (970) como de atención especializada (293). Según este estudio, las espirometrías en España se realizan en el 67 por ciento de los centros de atención primaria, y en el 80 por ciento de los centros de atención especializada. Además, un 26 por ciento de los centros que disponen de espirómetros, no lo utilizaban.
Y todo pese a que «casi el 80 por ciento de los centros de atención primaria y el 90 por ciento de los centros de atención especializada sí disponen de un tiempo específico y de una agenda para hacerlas», matiza Calle. «No se hacen porque no se piden, no porque no se pueda. Y eso hay que valorarlo. Son fallos en la calidad, no en el equipamiento». A pesar de que los costes serían mucho menores, teniendo en cuenta la delicada situación económica actual. Y es que «los costes directos (visitas, farmacia, hospital), más los indirectos (discapacidad, bajas laborales...), suponen un coste total de entre 1.000 y 2.000 euros al año por paciente, según la gravedad. Si a eso se suma la insuficiencia respiratoria, que no suele englobarse en estos costes, serían 250 o 300 millones de euros más», aclara Pilar de Lucas. Ancochea añade que «la estancia media de ingreso es desproporcionadamente alta».
Telemedicina
Por ello, las nuevas tecnologías son, según los profesionales, una herramienta de ayuda para evitar tantos ingresos. Es el caso de la Telemedicina, servicio de medicina a distancia que optimiza recursos, reduce la estancia hospitalaria y los costes. Es el caso del proyecto «OnHealth», un programa de apoyo al enfermo con EPOC (puesto en marcha gracias a la colaboración de Novartis). «El paciente cuenta con una monitorización en su hogar que le informa de la saturación de oxígeno que tiene, así como de su función pulmonar, que permite detectar posibles agudizaciones. De ser así, se pone en marcha el sistema de alerta y acudimos a la casa del paciente para tratarle de la forma más precoz y evitar complicaciones», explica Ancochea.
Una iniciativa que deberían tener muy en cuenta nuestros políticos. De hecho, ellos también se han sometido «a examen» sobre la EPOC. «Sabemos poco de la salud de nuestros políticos. Por ello decidimos elaborar el estudio ConsEPOC, que tiene como objetivo evaluar la prevalencia de la EPOC entre los representantes políticos españoles (del Congreso, el Senado y una serie de Parlamentos autonómicos), así como sus conocimientos y actitudes hacia la patología y el tabaquismo», explica Joan B. Soriano, director de Epidemiología e Investigación clínica de la Fundación Caubet-Cimera de las Islas Baleares.
Según se desprende del trabajo, (presentado hoy en el 45º Congreso de Separ), tras una encuesta, una espirometría y la medición de niveles de monóxido de carbono, los resultados mostraron que el 47 por ciento de políticos de Madrid, un 27 en el caso del Senado, y un 38 por ciento de los castellanomanchegos, eran fumadores (los que no rehusaron someterse a la prueba). Y estos últimos tenían cerca de un 40 por ciento de riesgo de EPOC, frente al 35 por ciento de los madrileños, y 31 de los del Senado. Otro dato destacado es sobre el conocimiento de la enfermedad, más del 69 por ciento en Baleares, el 61 por ciento en el Senado y el 52 por ciento en Galicia desconocían el significado de la palabra. Por ello, son más que nunca necesarias las estrategias de divulgación, no sólo para pacientes, sino también para los propios profesionales.
Julio Ancochea. Jefe de servicio neumología del hospital La princesa, de Madrid
«Tiene al menos tres o cuatro enfermedades asociadas»
El escenario del sistema sanitario y la sostenibilidad del sistema gira en torno al paciente crónico. Es una enfermedad invalidante con frecuentes manifestaciones extrapulmonares con morbilidades asociadas. El paciente con EPOC tiene al menos tres o cuatro patologías asociadas. El liderazgo de su manejo integral pertenece al neumólogo. La Neumología lidera el conocimiento, el tratamiento y la gestión de las enfermedades respiratorias. Y los estudios que tenemos son gracias a los neumólogos españoles. Se ha comentado el elevado consumo de recursos asociados al EPOC. Se calcula que esta dolencia consume el 0,2 por ciento del PIB de España, 3.000 millones de euros al año. Y la partida más importante de todos estos costes corresponde a los ingresos hospitalarios. Hay un 10 o un 15 por ciento de los pacientes con EPOC que consume el 80 o 85 por ciento de todos esos ingresos. En este sentido están las nuevas tecnologías, como la telemedicina, en la que estamos aún en una fase muy incipiente. Y es que, a veces, incluso los hospitales de primer nivel tenemos pacientes longevos, que viven en condiciones precarias, con poco soporte familiar, cuando deberían contar con otro tipo de dispositivos. Por eso la calidad asistencial es clave. Ahora se va a publicar la guía GesEPOC, basada en la vivencia de un planteamiento de futuro y un planteamiento consensuado y altamente democrático dentro del contexto de calidad. Asimismo, hay que investigar más, sobre todo en Atención Primaria, ya que maneja el 80 por ciento de estos pacientes.
Pilar de Lucas. Presidenta electa de la Separ
«Los más graves ingresan en el hospital hasta diez veces al año»
El conocimiento que tiene la población sobre EPOC es muy pequeño. Y es un problema de salud pública. En España, afortunadamente, tenemos estudios muy buenos para hablar de la prevalencia. Y hoy en día ésta es de 10,2 por cada 100 habitantes de entre 40 y 80 años. En EPOC el riesgo en fumadores casi triplica al encontrado en los no fumadores. Además, la enfermedad aumenta con la edad. Si nos fijamos en un núcleo de población de más de 70 años, ya no es un 15, es un 23 por ciento. Esto en un país que tiene la esperanza de vida superior a los 80, es muy importante, ya que significa que va a seguir aumentando. Y esto lo vemos en los pacientes que van a la clínica. A partir de los 60 es realmente cuando adquieren una situación casi dramática, porque son realmente los que más lo padecen.
Por otro lado, hay que tener muy en cuenta los síntomas. El fundamental es la disnea, la sensación de falta de aire, que provoca grandes limitaciones en el autocuidado, en las tareas domésticas, ejercicio y actividades de ocio. En atención primaria, puede que sea entre la tercera y la cuarta causa de consulta.
Pero, en atención especializada en el servicio de Neumología es la primera. Son pacientes que frecuentan mucho las urgencias, incluso los enfermos leves y moderados es raro que no ingresen en el hospital. La mayoría, entre el 60 o el 70 por ciento, lo hace alguna vez. Los más graves, incluso diez veces al año.
Joan B. Soriano
Dir. Epidemiología e Investigación Clínica fundación caubet-cimera (Islas baleares)
«El 8,6% de los senadores tiene EPOC»
Sabemos poco de la salud de nuestros políticos. Sí sabemos que muchos de ellos fuman, y que en los parlamentos autonómicos se tiende a la paridad de sexos. Por eso decidimos realizar el estudio, para mostrar qué conocimientos sobre EPOC tenían nuestros políticos. Queríamos determinar los conocimientos y actitudes sobre esta patología y así como sobre el tabaquismo de nuestros representantes.
En la actualidad, en España tenemos 264 senadores, de los cuales el 8,6 por ciento sufre EPOC –aunque la mitad no había sido diagnosticado anteriormente antes de la realización del estudio–.
Llevar a cabo «ConsEPOC fue un trabajo con una logística complicada. Si pudiéramos completar este trabajo con el Congreso de los Diputados sería una iniciativa magnífica y tendría un gran impacto.
Habría que realizar una tarea didáctica y educativa que puede empezar por los políticos, pero ha de llegar a la calle, ya que el 73 por ciento de la población española no sabe decir lo que es EPOC, y el 95 por ciento no conoce que existe una estrategia del Sistema Nacional de Salud en esta enfermedad. En total, evaluamos 285 políticos, y casi el doble 451 no políticos.
ConsEPOC España podría ser exportable internacionalmente y una de las ideas que tenemos para este 2012 es realizar ConsEPOC Europa. Ya que soñar es gratis, y siempre se puede ir a un peldaño más alto, existe la idea de ir a las Naciones Unidas. Iniciativas similares y más ambiciosas se pueden adaptar a la escena internacional.
Myriam Calle
Coordinadora del área de EPOC de la Separ
«La espirometría es esencial para el diagnóstico»
La guía española de la EPOC, que plantea una valoración del paciente muy diferente, busca una adecuación de los tratamientos, y por tanto, una reducción de costes. Hemos estudiado los condicionantes para que no se esté diagnosticando la enfermedad y no se estén realizando espirometrías. Quiero dar una luz en este túnel para transmitir que los logros que se han conseguido en los últimos años son muy importantes. Hay pacientes que disfrutan en sus domicilios de terapias que les aportan oxígeno y les permiten hacer una vida aceptable. El conocimiento de la dolencia ha cambiado radicalmente. La guía GesEPOC –guía española de la EPOC– es multidisciplinar y pretende generar un documento de consenso entre las sociedades que participan en el cuidado de los pacientes con esta enfermedad. Aunque esté ocasionada por el tabaco, nuestros pacientes tienen otras enfermedades. Hay que tratar según las características que definen las diferentes caras de la enfermedad. La terapia broncodilatadora es clave. Nuestro objetivo es controlar los síntomas del paciente y reducir sus riesgos de agudización. Actualmente, sólo se diagnostican cerca de un 23 por ciento de los casos. Y la espirometría es esencial para realizarlo. El estudio «3E» está ligado precisamente a la realización de la espirometría. Y entre las conclusiones observamos que existe una falta de concienciación. Debemos conseguir que el paciente vaya al médico y que el profesional sea consciente de la necesidad de hacer esta prueba.
Jordi Casafont
Responsable médico del área Primary Care de Novartis
«Dedicamos mucho esfuerzo a la broncodilatación»
Las iniciativas de divulgación son el pilar de la prevención. Si tuviéramos que ver cuál ha sido el momento del cambio cuantitativo y cualitativo de la presencia de Novartis en EPOC me remontaría a principios de la década pasada, cuando fundó centros de investigación específicamente relacionados con el área respiratorio. En estos momentos Novartis es una de las compañías con una cartera de productos más interesantes en el área respiratorio. Tenemos 20 proyectos en desarrollo, de los que diez están en fase de ensayo en seres humanos. Y la mitad corresponden a nuevas moléculas. Hay enfermedades con una alta prevalencia con tratamientos bastante satisfactorios, pero con margen de mejora. Estamos dedicando mucho esfuerzo a la broncodilatación, aunque habría que introducir el concepto de la doble broncodilatación por dos vías terapéuticas diferentes, y que puede mejorar mucho la calidad de vida de los pacientes. Tenemos proyectos sólidos de investigación farmacológica, que pueden llegar a incluir cifras del orden de 5.000 pacientes, pero hay que aportar algo más. La tecnología ayuda a complementar el valor de los fármacos, y un ejemplo muy claro sería la Telemedicina. Estamos desarrollando fármacos en patologías con menos prevalencia, pero que son muy impactantes para los pacientes. España participa entre en el siete y el 10 por ciento del volumen total de pacientes incluidos en un plan de desarrollo, lo que indica una gran capacidad de investigación.