Podemos echar mano de varios hábitos para acabar con esa sensación de fatiga y cansancio con la que cuesta a veces continuar con el día. Entre otros, una alimentación equilibrada, un buen descanso o una correcta hidratación. La teoría se conoce al dedillo, pero ponerla en práctica… eso ya es harina de otro costal. Sobre la importancia de hidratarse para obtener esa necesaria energía se centra en esta ocasión CuídatePlus, que espera de su lector que, tras leer la teoría, la lleve a la práctica.
Expertos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria recuerdan que toda célula del cuerpo humano necesita agua. La hidratación es el pilar fundamental de las funciones fisiológicas más básicas, como por ejemplo la regulación de la tensión arterial y la temperatura corporal.
‘‘La hidratación del cuerpo es importante para transportar hidratos de carbono, proteínas, vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales, así como oxígeno, a las células. De esta forma, las células son capaces de producir la energía necesaria para un buen funcionamiento del cuerpo”, señalan.
Una excesiva sudoración por calor o practicar una actividad física intensa son causas naturales que pueden llevar a la deshidratación. Sus principales síntomas son la sensación de cansancio, mareos, baja presión arterial, taquicardia y contracturas musculares o calambres. En casos de deshidratación más agravada pueden llegar a aparecer convulsiones, entrada en coma, pérdida total del conocimiento o incluso la muerte.
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