Cuando un trastorno alimentario se combina con un déficit hormonal, las consecuencias son devastadoras. La diabulimia es una enfermedad relativamente reciente, que se produce por la combinación de dos enfermedades que por sí solas son muy peligrosas, la diabetes insulinodependiente y la bulimia, de ahí su nombre.
Hay que tener en cuenta que los trastornos de la conducta alimentaria se han vuelto más prevalentes en los últimos años con la aparición de las redes sociales y de los nuevos cánones de belleza. Esta clase de trastornos condicionan gravemente la salud, poniendo en ocasiones la vida en peligro.
¿Cuál es el papel de la diabetes en la diabulimia?
En el caso que nos ocupa, nos vamos a referir a la diabetes tipo I que necesita aportes exógenos de insulina porque el páncreas del paciente no sintetiza la cantidad necesaria.
La falta de insulina es un factor importante en la pérdida de peso de estos pacientes. La insulina es necesaria para llevar las moléculas de glucosa a las células para su correcto funcionamiento. Si no hay insulina, el azúcar se mantiene en el torrente sanguíneo hasta que es eliminado, generalmente por el riñón, y conduce a una pérdida de peso, en ocasiones extrema.
En condiciones normales, los pacientes jóvenes con diabetes tipo I, tras el diagnóstico y el tratamiento crónico con insulina acompañado de alimentación muy regulada, comienzan a recuperar su peso. En la diabulimia, el paciente aprovecha la acción de la insulina sobre el metabolismo para, lejos de recuperar su estado de salud y peso, mantener un peso exageradamente bajo.
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