Convivimos con muchos microorganismos en nuestras casas. ¿Son peligrosos? ¿Cómo nos afectan? Un microbiólogo responde a estas preguntas y muchas otras sobre estos seres vivos microscópicos.

En el ambiente doméstico existe una enorme biodiversidad de microorganismos o microbios, es decir, seres vivos invisibles como bacterias, virus, hongos... La inmensa mayoría de ellos son inocuos, aunque también pueden provocar enfermedades en algunos casos concretos.

“Cuando un microorganismo inocuo prolifera con demasiada profusión y coloniza un nicho, lo más habitual es que genere malos olores”, según explica Víctor Jiménez Cid, catedrático del departamento de microbiología y parasitología de la facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid.

Zonas de la casa con más microorganismos

A los habitantes microscópicos de nuestras casas les encantan los lugares en los que la humedad es constante. Por eso, los baños y las cocinas son los lugares en los que más proliferan. “Donde más microbios hay por centímetro cuadrado es en los estropajos y las bayetas que están siempre húmedos”, especifica el especialista.

En el cuarto de baño, un estudio reciente revela que el cepillo de dientes y la alcachofa o cabezal de la ducha acumulan gran cantidad de virus desconocidos, concretamente son bacteriófagos (fagos), aunque los investigadores señalan que no debemos preocuparnos por ellos, sino aceptarlos y limpiar el cabezal de la ducha con vinagre o con agua y jabón y cambiar el del cepillo de dientes de forma periódica.

Otro de los favoritos de los microorganismos son las toallas y el rebosadero (pequeño orificio de desbordamiento) de los lavabos, según explica el microbiólogo de la UCM. Y añade también las siliconas de las bañeras, que muchas veces se vuelven de color negro o anaranjado.

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