Ser positivo es tener esperanza y confianza en tu capacidad para manejar el estrés y las situaciones difíciles. Para ello, la clave es enfocarse en los aspectos agradables de tu vida. Esto no significa que no experimentes o ignores las emociones negativas, sino que pongas en práctica hábitos que te ayuden a canalizarlas.
Si sueles entrar en un espiral de pensamientos agobiantes, puedes entrenar a tu cerebro para generar y regular emociones y pensamientos— en sintonía con tu salud mental y física— mediante la práctica del mindfulness o pasando tiempo al aire libre, por ejemplo. Conocer opciones que te permitan mejorar tu positividad ante la vida, te ayudará a afrontar tu rutina de mejor manera y a encontrar alternativas que te permitan continuar con optimismo cada día.
1. Mantén hábitos saludables
El descanso, la alimentación y el ejercicio son claves para tener una actitud positiva. Cuando cuidas tu salud física aumenta tu energía y capacidad de pensar con mayor claridad, por lo que puedes afrontar situaciones desafiantes y tomar mejores decisiones.
Como sabrás, dormir bien es necesario para mejorar tu concentración, la gestión de adversidades y regular tus emociones. Por el contrario, la falta de sueño puede reducir la capacidad de disfrutar de situaciones agradables y hace que en los días estresantes te sientas peor.
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