Entre el 15% y el 20% de la población mundial es neurodivergente, según estimaciones recogidas en una investigación de Lindenwood University. En el mismo se pone de relieve la tendencia creciente de algunas empresas a formar equipos de trabajo diversos e inclusivos. Dada la escasez de talento, apunta el estudio, estas compañías reconocen el potencial de las personas neurodivergentes como fuerza laboral.
¿Qué es la neurodivergencia?
La primera persona que utilizó el término fue la socióloga australiana Judy Singer, en 1999, como concepto para referirse a la biodiversidad neurológica. “La quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5) engloba la neurodivergencia dentro de los trastornos del neurodesarrollo”, apunta María Marcos, psicóloga del Prado Psicólogos.
La especialista explica que la neurodivergencia hace referencia a un procesamiento cognitivo, a un funcionamiento neurológico que difiere a la norma, que se aleja de lo neurotípico. Ahora, bien esto “no significa que sea algo negativo, como que nuestro cerebro está dañado o que se posea una enfermedad, si no que ese cerebro presenta un procesamiento cognitivo, de aprendizaje o proceso de información diferente”.
Es más, añade Marcos, desde la parte sociológica esta neurodiversidad puede ser un gran aporte social, ya que en ámbitos como el empresarial se intenta aprovechar estas particularidades de procesamiento como una fortaleza para afrontar los problemas o retos desde distintos enfoques, percibiéndose como un potenciador y no como un hándicap.
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