El frío puede intensificar síntomas como dolor, rigidez y falta de circulación en personas que padecen condiciones de salud preexistentes como la enfermedad de Raynaud, sabañones o urticaria por frío

La bajada de las temperaturas, sobre todo si son bruscas, pueden traer consecuencias para la salud más allá de los resfriados comunes. Con la exposición al frío, muchas personas suelen experimentar reacciones físicas como temblores o entumecimiento, que causan incomodidad temporal. Sin embargo, aquellas personas con predisposición a ciertas condiciones pueden experimentar un agravamiento de sus síntomas, como dolor, rigidez y empeoramiento de la circulación. ¿Por qué ocurre esto? Durante el invierno, el cuerpo responde al frío redirigiendo la circulación sanguínea hacia los órganos vitales, lo que enfría rápidamente las extremidades como manos y pies. Este fenómeno, conocido como vasoconstricción, “ocurre porque los vasos sanguíneos se estrechan para conservar el calor en los órganos internos”.

Aunque es una respuesta natural, en personas con enfermedades vasculares o problemas circulatorios, “este mecanismo puede intensificar síntomas ya existentes, ya que limita aún más el flujo sanguíneo hacia las extremidades”. Además, el frío “puede influir en la rigidez muscular y reducir la eficacia del sistema inmunológico, poniendo a las personas con enfermedades crónicas, como la EPOC y otras enfermedades respiratorias, en mayor riesgo de complicaciones”.

Daniela Silva, especialista en Medicina Interna, explica que "frente al frío, el organismo se ve forzado a realizar esfuerzos adicionales para regular la temperatura corporal, lo que puede complicar aún más a quienes ya padecen condiciones de salud previas. En algunos casos, los síntomas de estas enfermedades pueden intensificarse debido al empeoramiento de la circulación sanguínea o a la rigidez muscular provocada por las bajas temperaturas. Es esencial que las personas con estas condiciones estén atentas a las señales de su cuerpo, como el entumecimiento o el aumento de dolor en las extremidades, y tomen las medidas necesarias para protegerse del frío, como el uso de ropa térmica adecuada, evitar la exposición directa al aire frío y mantenerse en espacios cálidos”.

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