Muchos padres creen que sus hijos adolescentes no ven nunca pornografía, pero es altamente probable que sí lo estén haciendo. Conocer esta realidad es el primer paso para poner medidas de contención y, sobre todo, contrarrestar los múltiples efectos negativos de este tipo de contenidos.
Los datos de los diversos estudios publicados revelan que se trata de un fenómeno muy extendido, tal y como han constatado los autores de la Guía para las familias ante la realidad de la pornografía elaborada por el Área de Colegios CEU en colaboración con el psicólogo y sexólogo clínico Alejandro Villena Moya. La edad media del primer contacto con la pornografía en España se sitúa entre los 9 y los 11 años de edad y uno de cada cinco adolescentes recuerda haber visto algún contenido de este tipo a los 8 años. “Cuando hablamos de primer contacto, hablamos de un contacto esporádico, probablemente por accidente”, aclaran los autores de la guía. “Más adelante este contacto puede convertirse en una visualización más repetida o continuada”.
Los adolescentes pueden acceder por primera vez a contenidos pornográficos a través de múltiples vías: redes sociales, páginas generales de internet, por ventanas emergentes o pop-ups, al descargar archivos supuestamente inocentes, jugando a juegos en el móvil, a través de chats en videoconsolas, al usar smartphones o smart Tv…
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