Investigaciones recientes, como el último estudio del Instituto de Neurociencias Wu Tsai de Stanford en California (Estados Unidos) especializado en los secretos del cerebro y el comportamiento a través de la investigación interdisciplinaria, muestran un intrincado equilibrio entre estos dos neurotransmisores, que contribuye significativamente a moldear nuestro comportamiento.
Ambos son neurotransmisores o mensajeros químicos pero cada uno de ellos desempeña un papel diferente en nuestro organismo. De hecho, aunque participan en procesos corporales parecidos, funcionan de forma muy disttnta.
En esencia, la dopamina interviene en el movimiento, la coordinación y las sensaciones de placer y recompensa. Regula el centro de recompensa del cerebro, favorece la coordinación, mejora la cognición, la memoria a corto plazo, la atención, promueve sentimientos de placer y satisfacción y fomenta el comportamiento impulsivo.
Por otro lado, la serotonina interviene en las emociones, pero también afecta a la digestión y al metabolismo. Regula nuestro estado de ánimo y el bienestar general, previene la impulsividad como contraparte a la dopamina, promueve un tracto gastrointestinal y sistema digestivo saludable, influye en la calidad del sueño, contribuye a la salud ósea e incluso desempeña un papel clave en la excitación y el deseo sexual.
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