Los cambios en el color de la cera pueden indicar su antigüedad, pero también posibles infecciones o la presencia de cuerpos extraños en el oído

El color de la cera del oído, también llamada cerumen, es una señal reveladora sobre su estado y su función. Desde el característico amarillo pálido, pasando por anaranjado, marrón y hasta negro, cada variación refleja el paso del tiempo o situaciones asociadas con nuestra salud auditiva.

La cera recién producida es blanda y de tonos claros, mientras que la más antigua se seca y se oscurece. Esta transformación corresponde a un mecanismo natural de defensa, que protege al oído de la entrada de polvo, suciedad o bacterias.

No obstante, ciertas veces, la obstrucción por acumulación excesiva, las infecciones y las enfermedades, también producen cambios en el color y la textura que no pasan desapercibidos. Si ahora mismo notas un tono inusual, que te genera inquietud, descubre qué significa y cuándo buscar atención médica.

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