Fuente: Valencia Plaza
Vicente Colomer, secretario del Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (MICOF), reflexiona sobre un 2024 marcado por retos y avances para la profesión farmacéutica. Destaca la respuesta coordinada tras la DANA, que permitió garantizar la atención sanitaria en las zonas más afectadas, y celebra la eliminación del cupón precinto, un hito en trazabilidad farmacéutica. Además, pone en valor la importancia de la farmacia asistencial, la innovación en servicios de salud y el compromiso del sector con la población.
2024 está llegando a su fin, ¿cuál es su valoración de este año marcado por la tragedia de la DANA?
Es muy complicado hacer un balance sin tener en cuenta la tragedia de la DANA. Sin embargo, si nos situamos antes del 28 de octubre, podemos destacar algunos hitos significativos, como la celebración del 23º Congreso Nacional Farmacéutico, que tuvo lugar en Valencia en febrero. Fue un evento crucial donde toda la farmacia española estuvo presente. En el mismo congreso, el conseller de Sanidad anunció un importante avance: la implantación de un sistema de dispensación sin cupón precinto, una medida innovadora en toda España.
Por otra parte, en 2024 seguimos prestando especial atención a la farmacia rural, que en muchos casos es el único profesional sanitario disponible en las poblaciones más pequeñas. Apoyar a estas farmacias es esencial, no solo desde el punto de vista sanitario, sino también como una herramienta para combatir la despoblación.
Además, hemos trabajado para convertir las farmacias en espacios seguros contra la violencia de género. Tuvimos una reunión con la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, para reforzar la colaboración en este sentido. Las farmacias son puntos clave por su proximidad a la ciudadanía y su capacidad de actuar en la prevención de este tipo de violencia.
A lo largo del año, hemos mantenido nuestra labor de formación con jornadas especializadas en áreas como la dermofarmacia, la alimentación y la prevención de cáncer de mama y próstata. También realizamos campañas para combatir las olas de calor y frío, consolidando así el papel del farmacéutico comunitario como el profesional sanitario más próximo a la ciudadanía.
Por último, hemos suscrito nuevos convenios con asociaciones de pacientes y fundaciones y continuamos trabajando en el convenio de prestaciones farmacéuticas. Este convenio no se limita a la dispensación, sino que amplía los servicios farmacéuticos ofrecidos a los usuarios.
¿Cómo ha actuado el Colegio en apoyo a los farmacéuticos y a la población afectada por la DANA?
En primer lugar, nos organizamos internamente para apoyar a las farmacias y garantizar el servicio a la población. Nuestra prioridad fue asegurar que las farmacias pudieran seguir operando y prestar sus servicios con la mayor normalidad posible. La realidad fue devastadora: alrededor de 94 farmacias presentaron problemas graves y algunas quedaron completamente arrasadas. Actualmente, solo 6 farmacias continúan cerradas. Nos pusimos en marcha de inmediato para garantizar que, al menos, una farmacia estuviera abierta en cada población de la zona cero en menos de una semana. Esto fue posible gracias al esfuerzo y a la vocación de los farmacéuticos, quienes, a pesar de haber perdido sus propias farmacias, antepusieron el servicio a los usuarios.
Se realizaron donaciones y ayudas económicas a los farmacéuticos colegiados. Además, logramos movilizar recursos para facilitar la reapertura de las farmacias: donaciones de mobiliario, sistemas informáticos y otros materiales necesarios. Desde el Colegio entregamos 25 ordenadores para ayudar a poner en funcionamiento 25 farmacias. En paralelo, trabajamos para garantizar el suministro de medicamentos, coordinando con farmacias no afectadas para que la distribución se mantuviera operativa desde el primer momento.
Coordinó el MICOF a más de 500 farmacéuticos voluntarios. ¿Está satisfecho con esta respuesta?
Absolutamente. Desde el primer momento, contamos con la movilización de voluntarios que colaboraron en tareas tan diversas como limpiar las farmacias y asistir en la dispensación de medicamentos. Esto fue crucial, especialmente en los primeros días, cuando hubo farmacéuticos que no se detuvieron ni para comer. Los voluntarios no solo procedían de Valencia, sino también de otras regiones de España, lo que demuestra la solidaridad y el compromiso de la profesión farmacéutica.
¿Ha sido clave la unión de las distintas modalidades profesionales farmacéuticas para hacer frente a los problemas derivados de la DANA?
Sin duda. Afrontar una situación tan dramática como la DANA solo es posible desde la unidad. Desde la farmacia comunitaria, que es la que la población ve a diario, hasta la farmacia hospitalaria y la distribución farmacéutica, todos hemos trabajado coordinadamente. En farmacia hospitalaria, hubo problemas de tráfico y logística que tuvimos que resolver para garantizar el suministro de medicamentos. Por otro lado, en atención primaria, se coordinó la dispensación para los pacientes que no podían acceder a su farmacia habitual. Además, desde el ámbito de la salud pública, colaboramos con los ayuntamientos para prevenir riesgos sanitarios y difundir información clave sobre medidas de salubridad. La colaboración entre las distintas modalidades profesionales ha sido, sin duda, un factor decisivo.
El MICOF defiende la integración de los farmacéuticos en el Sistema Nacional de Salud. ¿Por qué es tan importante?
La integración de los farmacéuticos en el Sistema Nacional de Salud es fundamental porque nos permitiría prestar un servicio más completo y eficaz. Un ejemplo claro lo vimos durante la DANA: muchas personas perdieron su documentación, su número SIP o sus hojas de tratamiento. Si los farmacéuticos hubiésemos tenido acceso a la historia clínica de los pacientes, podríamos haber asistido de forma más certera y eficiente. Cabe destacar que el acceso a la historia clínica estaría siempre condicionado al consentimiento del paciente. La historia clínica pertenece al paciente, y él debe tener la capacidad de decidir quién puede acceder a ella. Sin embargo, esta integración permitiría al farmacéutico realizar un seguimiento adecuado del tratamiento y prevenir posibles problemas, lo que, en definitiva, beneficiaria al paciente.
Otra de las metas del MICOF es la farmacia asistencial. ¿En qué consiste este modelo y por qué es importante?
La farmacia asistencial es un modelo que va más allá de la simple dispensación de medicamentos. Se centra en ofrecer servicios profesionales farmacéuticos asistenciales (SPFA), orientados a mejorar la salud del paciente y optimizar el uso de los medicamentos. Algunos de estos servicios incluyen la revisión de botiquines, para garantizar el correcto uso de los medicamentos y eliminar aquellos caducados. También ofrecemos los sistemas personalizados de dosificación (SPD), que organizan los medicamentos en blísteres semanales para facilitar la adherencia al tratamiento. Otro servicio importante es la revisión de la farmacoterapia, que permite detectar problemas como duplicidades, interacciones o ineficiencias en los tratamientos. También realizamos cribados de enfermedades como la diabetes y programas de asesoramiento en tabaquismo. Este modelo también incluye programas específicos, como el “PREVENIM ICTUS”, una iniciativa reciente enfocada en el cribado de fibrilación auricular en mayores de 55 años. En este programa piloto participaron 784 pacientes, de los cuales un 8% presentó resultados anómalos en los electrocardiogramas y fueron derivados al médico para su diagnóstico definitivo.
El Colegio también coordina esfuerzos en investigación a través de diversas cátedras, como la Cátedra DeCo y la Cátedra de Uso Racional del Medicamento (URM). ¿En qué consisten estas iniciativas?
La primera, en colaboración con la Universidad de Valencia, es la Cátedra de Uso Racional del Medicamento (URM). Su objetivo principal es optimizar los tratamientos farmacológicos, identificando problemas como duplicidades, interacciones o medicamentos innecesarios. Aplicamos criterios «STOP/START», que ayudan a determinar cuándo se debe suspender o iniciar un tratamiento.
Por otro lado, con la Universidad CEU Cardenal Herrera trabajamos en la Cátedra DeCo (Deterioro Cognitivo). Esta iniciativa se enfoca en el cribado de pérdida subjetiva de memoria en personas mayores de 50 años, con el objetivo de detectar precozmente problemas cognitivos y prevenir el deterioro. Promovemos hábitos saludables, como la dieta antiinflamatoria, que pueden retrasar la aparición de estas patologías. Ambas cátedras son ejemplos de cómo la investigación farmacéutica puede tener un impacto positivo y directo en la salud de la población.
¿Qué otros proyectos destacarían de los llevados a cabo por el MICOF?
Uno de los proyectos más urgentes en los que estamos trabajando es el cierre del concierto de prestaciones farmacéuticas con la Administración. Este acuerdo permitirá incluir servicios esenciales, como la dispensación de medicamentos hospitalarios en farmacias comunitarias. Este servicio es especialmente relevante en zonas rurales, donde evita largos desplazamientos a los hospitales.
Además, estamos desarrollando soluciones para mitigar los problemas de desabastecimiento de medicamentos, mejorando la comunicación entre médicos y farmacéuticos y optimizando la receta electrónica. También trabajamos en proyectos enfocados en mejorar la adherencia a los tratamientos, especialmente en pacientes con problemas de memoria.
La celebración del 23º Congreso Nacional Farmacéutico en Valencia fue un escenario para anuncios importantes, como la eliminación del cupón precinto. ¿Está satisfecho con los avances logrados este año?
Sí, estamos satisfechos. La eliminación del cupón precinto representa un avance significativo en la dispensación y el control de medicamentos. Esto ya es una realidad en la provincia de Castellón y, con toda probabilidad, lo será también este mismo año en la provincia de Alicante. Además, estoy convencido de que, muy pronto, probablemente a comienzos del próximo año, también será una realidad en la provincia de Valencia. La ventaja de este sistema es incuestionable: hemos desarrollado un modelo con una trazabilidad tan precisa y exhaustiva que garantiza una mayor seguridad. En caso de que surja un problema con un lote de medicamentos, podremos identificar de manera inmediata a quién se ha distribuido cada caja y proceder a su rápida retirada.
Por último, ¿qué mensaje daría a la profesión farmacéutica y a la población en general de cara al próximo año?
Los farmacéuticos somos profesionales de la salud especializados en el medicamento. Nuestra labor no se limita únicamente a garantizar el uso racional de los medicamentos, ayudando a los pacientes a utilizarlos correctamente para obtener el máximo beneficio posible, sino que también contamos con formación en salud general. Existen muchos farmacéuticos que desempeñan su labor en áreas como la fabricación, distribución y dispensación de medicamentos. Otros trabajan en el ámbito de la salud pública, velando, por ejemplo, por la calidad del agua y otros factores esenciales para la salud. También hay profesionales farmacéuticos en hospitales, en la administración, en la docencia y en distintos sectores, pero todos compartimos una misma vocación: la sanitaria, con un compromiso claro de servicio al usuario. Porque son los pacientes quienes dan sentido a nuestra profesión, y nuestro objetivo es cuidar de ellos y proteger su salud. Por último, quiero enviar un mensaje de ánimo a toda la población afectada por la DANA. De los problemas se puede salir, y saldremos adelante mucho más rápido si permanecemos unidos y trabajamos juntos.