La masa muscular magra puede representar hasta el 50% del peso corporal en adultos jóvenes, pero disminuye progresivamente con la edad. El ejercicio de fuerza es clave en mujeres a partir de la perimenopausia

El envejecimiento conduce a una reducción sustancial de todas las capacidades, entre ellas de la masa muscular y la fuerza, lo que puede conducir a discapacidad física. El deterioro del aparato locomotor puede ocasionar que algunas funciones se vean afectadas aún antes del envejecimiento, explica Miguel del Valle, catedrático de la Universidad de Oviedo y presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte.

Entre los problemas asociados al envejecimiento se incluye la sarcopenia, que se caracteriza por una pérdida gradual y generalizada de masa muscular y fuerza, con mayor riesgo de provocar resultados adversos como:

  • Trastornos de la movilidad.
  • Mayor riesgo de caídas.
  • Fracturas secundarias a la aparición de osteoporosis.
  • Discapacidad.
  • Dificultad para realizar actividades de la vida cotidiana.
  • Pérdida de independencia.

Todo ello conduce a una disminución de la calidad de vida y mayor riesgo de muerte.  De hecho, más del 14% de las personas mayores de 60 años no puede vivir de forma completamente independiente. Esto explica la importancia de preservar la masa muscular. El entrenamiento de fuerza es uno de los métodos más eficaces para combatir la sarcopenia, destaca Del Valle.

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