El farmacéutico Nacho Sanchis compagina su labor en su farmacia de Enguera con su afición por participar en el rally más exigente del mundo, el París-Dakar, con su moto.

Dentro de la competición del Rally Dakar su profesión como farmacéutico comunitario pasa bastante desapercibida porque “es tan grande el escenario que hay delante, que todo se minimiza durante ese periodo y todos nos sentimos pilotos, aventureros y deportistas”, asegura Nacho Sanchis, el boticario de Enguera que puede estar muy orgulloso de haber participado en tres ediciones del Rally Dakar: la de Perú-Bolivia-Argentina, la de Perú y la de Arabia Saudí.

Sin embargo, no todo ha sido un camino de rosas para él. La competición de 2019 le supuso la fractura de tres vértebras lumbares (T12, L1 y L3). Cerca del final de la etapa Sanchis sufrió una comprensión lumbar que le impedía levantar los cerca de 200 kg de peso de la moto. Desde Paris, detectaron que el vehículo estaba en el suelo y le llamaron para ver si necesitaba el helicóptero de rescate. Al final consiguió subirse a la moto y proseguir la marcha.

Cuando desempeña su labor en la botica hace hincapié en que es muy habitual pensar en la competición y viceversa ya que en el desierto hay muchos momentos de soledad que sirven para analizar el día y las acciones que se podrían hacer para mejorar, de ahí que se visualicen cosas que en el día a día no se pueden ver.

Compaginar el trabajo de la farmacia con la preparación que requieren este tipo de carreras supone una sacrifico muy grande, tal y como indica el farmacéutico enguerino, quien ha tenido que quitarle tiempo que le dedicaba a su familia y al trabajo. “Tienes que esforzarte al máximo para exprimir todo el tiempo del que dispones, pero una vez entras en esta vorágine consigues hacer frente a todo, aunque para que esto sea posible tienes que estar bien rodeado, ya sea a nivel familiar, laboral como deportivo”, asegura.

El farmacéutico también cuenta con el apoyo de sus pacientes. “Muchos de ellos no habían seguido este deporte hasta ese momento y tras mi participación me contaron que habían disfrutado mucho viendo las imágenes en televisión”, comenta. Además, recuerda que una de las situaciones más increíbles que ha vivido al respecto fue a la vuelta de la primera vez que terminó el Dakar cuando accedió al Pabellón Municipal de su localidad, acompañado de la banda de música y sus vecinos le recibieron con aplausos.

A lo largo de los años Nacho se ha encontrado con muchos obstáculos, entre ellos una lesión importante que hizo que los médicos desaconsejaran una nueva carrera o cubrir una baja laboral, a un mes vista de la carrera, que le supuso trabajar hasta altas horas de la noche después de entrenar. No obstante, el obstáculo más significativo ha sido la falta de financiación que le ha obligado, de momento, a dejar de lado la competición. Este parón le ha servido para estudiar el Grado de Nutrición y Dietética, que le ayudará en el futuro para prepararse para una de las carreras más duras del mundo donde llevar una buena alimentación junto a una suplementación deportiva es vital. Aunque como él bien dice necesita conseguir esponsorización para no renunciar definitivamente a vivir su sueño.

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