Las pruebas de ITS buscan detectar infecciones contraídas por el contacto sexual. Las personas sexualmente activas deben realizarse una al menos una vez al año

Hacerse una prueba de infecciones de transmisión sexual (ITS) es un proceso por el que no todo el mundo está dispuesto a pasar. Vergüenza, pereza, desconocimiento… son varios los motivos que no animan a dar el paso, pero lo cierto es que se trata de sencillos tests que no sólo ayudan a detectar a tiempo diversas enfermedades, sino que también evitan posibles nuevos casos.

“Una ITS es un examen médico y analítico que busca detectar la presencia de virus, bacterias, hongos o parásitos que pueden transmitirse a través del contacto sexual”, termina por definir a CuídatePlus Gabriel Bastidas, miembro del Grupo de Nefrología de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

De forma más concreta, el experto aclara que estas pruebas pueden detectar las siguientes infecciones:

  • Bacterianas: clamidia, gonorrea, sífilis, micoplasma o ureaplasma.
  • Virales: VIH, herpes (VHS-1 y VHS-2), virus del papiloma humano (VPH), hepatitis B y C o molusco contagioso.
  • Parasitarias: tricomoniasis o ladillas.
  • Fúngicas: candidiasis, aunque no siempre es una ITS, puede transmitirse por contacto sexual.

Noticia completa en Cuídate Plus.

Farmacias abiertas y de urgencia más cercanas