Dejar el smartphone durante la noche en la mesilla al lado de la cama implica algunos riesgos, en particular para el descanso y la salud mental, que no deben pasar desapercibidos. Hablamos con un experto para saber cuáles son

Utilizar el móvil como despertador es un hábito cada vez más extendido. Esta práctica es segura, práctica y útil siempre y cuando se sigan unas pautas que son las que realmente no se aplican tanto como sería deseable y que, sin embargo, resultan claves para que la utilización de la alarma del móvil para despertarnos no acarree consecuencias negativas en el descanso, el sueño y el bienestar mental en general.

Para que la utilización del móvil no interfiera en la calidad ni en las horas de sueño es fundamental respetar "una exigente condición", explica Asensio López, médico de familia y coordinador del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS) de la semFYC, como es su programación en modo descanso, función que realmente pocos activan. Y su utilización para hacer saltar la alarma por las mañanas debe quedar expresamente restringida a esa aplicación, recalca este experto.

Y es que los estudios realizados hasta el momento indican que cuando  "utilizamos el móvil para otras actividades diferentes es cuando comienzan las posibles interferencias en la calidad del sueño", explica Asensio López. "Obviamente, el impacto no es igual en todas las situaciones y para todas las personas", matiza.

La realidad social es que actualmente son los adolescentes y jóvenes el grupo de población que utiliza con mayor asiduidad el móvil antes de dormir y "son bastantes los estudios que nos indican que en un porcentaje relevante de ellos observamos problemas en la calidad de sueño, en las horas dormidas, y de manera consecuente, algunos problemas en el rendimiento durante el resto del día".

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