Lo más adecuado es respirar por la nariz, y no por la boca, tanto durante el día como mientras dormimos. La razón es sencilla: la nariz cumple unas funciones que la boca no es capaz de hacer. Fundamentalmente, se encarga de limpiar el aire -sus folículos pilosos atrapan las sustancias dañinas- de impurezas, calentarlo y humedecerlo antes de que llegue a los pulmones. Por eso, respirar de esta forma ayuda a disminuir las infecciones.
Respirar por la boca no solo aumenta la probabilidad de sufrir enfermedades causadas por microbios, sino que también puede producir alteraciones que afectan a la mandíbula, los dientes e, incluso, la forma del rostro.
En cuanto a las causas de esta anomalía tan extendida, hay que aclarar que algunas personas respiran por la boca porque tienen una obstrucción nasal u otros problemas, pero en bastantes casos se debe a un mal hábito.
Con todo lo anterior, queda claro que las medidas encaminadas a fomentar la respiración nasal son, en principio, positivas. Durante el día es más sencillo -aunque no siempre- llevarlo a cabo, mientras que por la noche no podemos controlar cómo respiramos. De ahí que el mouth taping o taparse la boca para dormir, la propuesta que de tanto en tanto se hace viral en TikTok, parezca razonable. ¿Es así? En absoluto. Puede resultar peligroso y, aunque es cierto que en ciertos casos puede ser aconsejable, existen formas seguras de hacerlo, con parches o pegatinas homologados. Y, por supuesto, siempre con la prescripción previa de un profesional sanitario (dentistas, otorrinolaringólogos, médicos de familia…).
Noticia completa en Cuídate Plus.