Meter en la maleta un botiquín con ciertos medicamentos y fotoprotección solar son las primeras precauciones que debemos tomar para minimizar los problemas de salud
FUENTE: El Levante
El verano pasado, los españoles realizaron más de 22 millones de viajes por sus vacaciones estivales, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La mayoría de ellos se llevó a cabo dentro de nuestro país (90,6%) y el 9,4% tuvo como destino el extranjero.
Pero elijamos destinos nacionales o internacionales, siempre es necesario tomar unas sencillas precauciones para evitar imprevistos que nos impidan disfrutar al máximo del merecido descanso, ahora que llega el verano: unas simples rozaduras en los pies durante un día de turismo, el estreñimiento causado por un cambio de aires o las quemaduras solares pueden resultar un verdadero incordio, además de un peligro para la salud.
“En vacaciones, sometemos a nuestro cuerpo a nuevas rutinas, a las que debe adaptarse rápidamente. Nos exponemos más a menudo al agua, el sol y otros agentes naturales y, si viajamos a países lejanos, nuestro organismo debe acostumbrarse al nuevo clima, husos horarios y gastronomía del lugar, lo que no siempre es fácil”, afirma Eduardo González Zorzano, experto médico de Cinfa.
Precauciones en la maleta
Para minimizar los riesgos, las primeras pautas deben tomarse antes del viaje: meter en la maleta un botiquín con los medicamentos esenciales, como antihistamínicos o analgésicos, o productos como repelente para mosquitos y protección solar. Y en el caso de visitar países tropicales, se debe acudir con tiempo a un Centro de Vacunación Internacional, con el fin de informarnos sobre las vacunas necesarias en la zona.
Como recuerda González Zorzano, “durante el viaje, tampoco podemos bajar la guardia, pues relajarnos en vacaciones no equivale a relajar el cuidado de nuestra salud. Por ejemplo, consumir frutas y verduras es esencial para prevenir el estreñimiento y beber mucha agua para mantenerse hidratado resulta fundamental, aunque no debe ser del grifo, si vamos a países subdesarrollados. Mantener una rutina regular de sueño nos ayudará a superar los efectos del jet-lag, mientras que llevar el calzado adecuado nos permitirá hacer turismo sin que nuestros pies sufran”, concluye.
Diez consejos para unas vacaciones saludables
- Protégete adecuadamente del sol. Elijamos un destino de playa, naturaleza o cultural, en vacaciones siempre pasamos más tiempo al aire libre. Por eso, en tu maleta no deben faltar, además de fotoprotectores de factor 30 o superior que te protejan frente a las radiaciones UVA, UVB e IR-A, gafas de sol y sombrero. Además, hay que evitar la exposición de 12.00 a 16.00 horas, así como exponer al sol a los menores de 1 año.
- Refuerza las frutas y verduras en tu dieta. El estreñimiento es un compañero habitual de viaje, por lo que, en vez de relajarte en la dieta, trata de consumir alimentos ricos en fibra como cereales integrales, frutas y verduras, que favorezcan el tránsito intestinal. También es recomendable practicar a diario un poco de ejercicio.
- Bebe agua de manera abundante. Más que nunca en vacaciones, recuerda ingerir como mínimo dos litros de agua al día para mantener tu organismo hidratado. Te ayudará tanto a hacer frente al calor como a evitar los problemas intestinales. En caso de visitar países no desarrollados, toma siempre agua embotellada.
- Frente al jet-lag, mantén una correcta rutina del sueño. Tras un vuelo de larga distancia, tu reloj interno tiende a prevalecer frente a los husos horarios de nuestro destino. Para evitar la somnolencia y el insomnio, intentar dormir lo máximo posible durante el vuelo, en el caso de llegues temprano al lugar de destino y, en caso de que llegues por la noche, acuéstate lo antes posible. Posteriormente, trata de mantener un horario de sueño regular.
- Evita la ropa ceñida y mueve las piernas con frecuencia. Para evitar la sensación de piernas cansadas y la retención de líquidos, son convenientes las prendas holgadas que favorezcan la circulación. Si haces viajes largos en coche o avión, mueve frecuentemente pies y piernas y, si es posible, pasea o realiza giros de tobillos.
- Presta atención a tus pies. Sobre todo cuando se hace turismo, es necesario utilizar un calzado flexible y de anchura adecuada a nuestros pies, a fin de prevenir la aparición de rozaduras, callos o ampollas. Evita tacones altos que son enemigos de tu espalda y de tus pies y opta por los zapatos de planta acolchada o utiliza una almohadilla plantar. También es fundamental secar e hidratar bien los pies, y en piscinas o zonas comunes, utilizar escarpines o chancletas para evitar el desarrollo de hongos.
- No te dejes puesto el bañador húmedo. La humedad en la ropa tras el baño favorece el crecimiento de las bacterias que provocan la cistitis o infección del tracto urinario, por lo que es mejor que te pongas ropa seca cuanto antes.
- Cuidado con las picaduras. Para huir de los mosquitos, prescinde de colonias o jabones con aromas demasiado dulces o intensos, ya que atraen su atención. En las zonas de mayor riesgo, también resulta conveniente usar ropa que cubra toda la piel, recurrir a mosquiteras y, sobre todo, aplícate repelentes de mosquitos siguiendo las instrucciones de aplicación del fabricante.
- En guardia contra las enfermedades tropicales. Si viajas a destinos exóticos, conviene que acudas con un par de meses de antelación al Centro de Vacunación Internacional de tu ciudad para informarte acerca de las vacunas o precauciones necesarias en la zona. En estas zonas, la OMS recomienda el uso de repelentes de mosquitos.
- Prepara un botiquín con los productos esenciales y tu medicación habitual. El agua oxigenada,desinfectantes cutáneos, las gasas esterilizadas y el esparadrapo te permitirán limpiar y curar de manera rápida una herida. Los analgésicos, antigripales, antidiarreicos, antihistamínicos y las pastillas contra el mareo también pueden resultar muy útiles. Y si padeces alguna enfermedad crónica, no olvides llevar contigo la medicación necesaria para todo el viaje.