FUENTE: La Vanguardia
En una investigación que supone un avance hacia el objetivo de curar el sida, científicos de la Universidad Rockefeller de Nueva York han mantenido el VIH indetectable durante meses en pacientes que habían dejado de tomar fármacos antirretrovirales. Lo han conseguido gracias a un tratamiento experimental con anticuerpos contra el virus del sida.
El tratamiento no es definitivo. Según los resultados que presentan esta semana en la revista Nature, el VIH reaparece en la sangre una media de 10 semanas después de terminar el tratamiento con anticuerpos. En uno de los participantes en el estudio, el tratamiento ha mantenido el virus a raya durante casi cinco meses.
Los anticuerpos tampoco son una alternativa a los actuales tratamientos antirretrovirales, que son igualmente eficaces para controlar el virus y son más asequibles y cómodos de tomar. Mientras los antirretrovirales se suelen tomar en forma de una píldora diaria, los anticuerpos utilizados en el estudio se han administrado en forma de cuatro inyecciones endovenosas a lo largo de seis semanas.
La investigación parte de la observación de que una minoría de personas con VIH no necesitan fármacos para controlar la infección. Tienen la suerte de que su sistema inmunitario produce un tipo de anticuerpos, llamados anticuerpos neutralizantes de amplio espectro, que impiden que el virus evolucione y lo mantienen a raya. Si otros pacientes dispusieran de estos mismos anticuerpos, razonaron los investigadores, tal vez podrían controlar la infección. Y dado que su sistema inmunitario no los produce, habría que producir los anticuerpos en laboratorio para inyectárselos.
El estudio de la Universidad Rockefeller, liderado por Michel Nussenzweig, se ha basado en un anticuerpo producido por biotecnología llamado 3BNC117. Los investigadores han comprobado en una muestra de pacientes que un 65% de ellos tenían virus sensibles al anticuerpo. Han seleccionado a 13 voluntarios y les han administrado el tratamiento.
Los resultados muestran que el nivel de anticuerpos en la sangre se reduce progresivamente a partir de la última inyección. En un 70% de los casos acaban evolucionando virus resistentes al tratamiento. En el 30% restante la infección rebrota por el descenso del nivel de anticuerpos en la sangre.
“Es la primera vez que se demuestra que un tratamiento con anticuerpos puede ser tan potente como como la terapia convencional con antirretrovirales”, destaca Blanco. Los anticuerpos tienen la ventaja adicional de que son capaces de destruir células infectadas.
Un futuro tratamiento para erradicar el VIH del organismo, añade, “constará probablemente de una combinación de antirretrovirales, anticuerpos y fármacos para hacer salir el VIH de los reservorios”, es decir, de los lugares del organismo donde puede permanecer escondido durante años. El camino será largo, advierte, pero el objetivo está más cerca.